Bogotá, 28 de Septiembre del 2022
“Felicitaciones en el mes del amor y la amistad”
Las
transiciones de Vida de Relapro
“Poema de amor y veinte canciones desesperadas”
(José Nava Ortiz)
Los
grupos de amigos
El
muy necesario y loable espíritu fraternal que inspiró a un grupo de colegas a
conformar esta red llamada de Relapro, ha permitido que a lo largo de los años
desde su fundación (2005), amistades sinceras y muy valiosa se hayan
fortalecido con el tiempo. La amistad en si misma es ya muy valiosa al igual que vital. La amistad (algunas
veces), trasciende el tiempo y la distancia y otras veces se hace carne en la generosidad
espontánea. La amistad se mueve principalmente bajo los principios del afecto y
la gratitud. De Hecho, las redes o grupos de amigos, no requieren de planes o
proyectos, actas, estatutos ni juntas directivas, ni mayores recursos
económicos para su funcionamiento, ni siquiera necesitan un nombre oficial para
existir, pues es ese mimo espíritu fraternal de gratitud y afecto, el que las
sostiene hasta que las circunstancias de la vida lo permitan.
Sin
embargo, otras acciones valiosas humanas que han pretendido el crecimiento
académico de la red, han cedido con la ausencia de sus promotores (“Tiempo Latinoamericano”
por ejemplo). El agotamiento personal y la ausencia vital en algunos casos, ha
sido suficiente razón para que acciones tan valiosas, simplemente desaparezcan sin
comentario alguno y sin tener como reclamar, pues a un grupo de amigos nada se
les puede exigir o reclamar, por el contrario, siempre habrá que agradecer su
valiosísimo tiempo y buena voluntad: una prueba más de que la sola fraternidad,
aunque necesaria, no es suficiente para mantener procesos vitales en las
organizaciones sociales.
La Transición de la amistad a la “Organización
Formal”,
(El paso de amigos a socios).
Pero
cuando de organizaciones formales se trata, aparecen bajo el concepto de
“compromiso”, temas engorrosos como: las
personerías jurídicas, los compromisos legales, los impuestos, los estatutos,
las cuotas financieras y todos los otros tipos de aportes y la bondad espontanea,
necesita transformase en solidaridad consensuada o “reglamentada”. Además, de
manera natural pueden surgir confianzas y desconfianzas propias del manejo de
un poder que, aunque doméstico, conlleva la responsabilidad de los cargos
oficiales.
Cuando
en algún momento, se emprendió la ardua labor de construir estatutos para Relapro,
seguramente se pensó (a partir de un grupo de amigos) en darle cuerpo a una visión
y misión especificas directamente relacionadas con la necesidad sentida de compartir
con todas las naciones latinoamericanas, un conocimiento académico que se
considera muy valioso y que no circula
en todos los países (por lo menos NO con la misma fuerza ), bajo la
convicción de que la Orientación en
tanto conocimiento social,(que aunque es muy joven en el marco de las ciencias
humanas , de la educación y de la salud), resulta vital, útil y necesario para la vida
de las comunidades(escolarizadas y no escolarizadas)en el marco del desarrollo
humano global y por lo tanto, digno de recibir todos los esfuerzos organizacionales formales necesarios
para su expansión académica y social.
Recordemos
que las organizaciones formales (personas jurídicas) además de asociar
personas, también tienen la facultad de asociarse con otras organizaciones,
facultad indispensable para el simple establecimiento de conversaciones formales.¿De
qué otra manera podría Relapro, compartir dicho conocimiento con personas jurídicas formales tales
como Ministerios/Secretarias de Educación, Universidades y organizaciones
afines, sin constituirse en una
persona jurídica?
¿Pueden coexistir las redes sociales y
las Organizaciones formales?
La respuesta además de obvia, es capciosa para
introducir el tema de la coexistencia de dos tipos de organizaciones totalmente
diferentes en su esencia. ¿Puede depender una organización formal de una red
social (red de amigos) o viceversa?,¿Pueden co-existir dos organizaciones diferentes
con el mismo nombre o razón social sin generar disonancia de identidad?, espero
que las respuestas a estas preguntas sean evidentes con base en los planteamientos
presentados.
Los compromisos de la adultez
La
invitación no puede ser otra que (después de 17 años), emprender no solo con
fraternidad y solidaridad sino con convicción y compromiso social y académico,
el camino de la “mayoría de edad”
reconocida legalmente y asumir todas las responsabilidades que esto conlleva,
con la convicción de propósitos trascendentales y valiosos.
La
decisión está en la mano de cada persona y tan respetable una decisión como la
otra, pero con implicaciones muy diferentes para el futuro de Relapro.
Attentamente ,
Amilkar Brunal
Psicólogo Organizacional
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