martes, 26 de abril de 2022

LA EPISTEMOLOGÍA EN LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA

 


 

Introducción                                                                                                    Dr. José Nava Ortiz[1]

 

Cuando un Orientador educativo (escolar, vocacional, profesional u otro), orienta a un sujeto (orientando, consultante, orientado u otro), lo hace desde alguna de las tres posturas epistemológicas que se resumen en este trabajo y que son:

1) Postura Empírico-Analítica,

2) Postura Fenomenológico-Hermenéutica y

 3) Postura Dialéctico-Crítica.

 

Estas tres posturas fueron clasificadas por Mardones, José M. y N. Ursúa (1994), mismas que guardan una relación directa con la concepción y práctica de los Orientadores educativos, de ahí que su aprendizaje y clarificación sea necesaria por tratarse de herramientas para diferenciar el objeto de estudio y su aplicación en los procedimientos de su práctica profesional. Sin embargo, lo más probable es que los Orientadores educativos las desconozcan o las utilicen de manera “no conscientes”, desconociendo el impacto de su aplicación; incluso, las mezclen indistintamente lo que lleva a la necesidad de conocerlas y utilizarlas de manera informada, sobre todo si reconocemos que Orientar es un acto de alta responsabilidad que involucra a seres humanos con visiones y sueños distintos que requieren ser clarificados antes de aplicarse.

 

Abordar la Epistemología en Orientación Educativa, es incursionar en un campo escasamente documentado sobre las posturas, su contenido, sentido y enfoques, no sólo por las instituciones formadoras; si no además, por los teóricos de la Orientación Educativa, (y en el caso de México), por la inexistencia de la Licenciatura en Orientación Educativa, que junto con los posgrados (que sí existen), constituirían espacios curriculares para estudiar la Epistemología, que enriquecería sin duda el perfil de egreso de los Orientadores educativos. Por ello, se insiste en la necesidad de incluir en los programas de formación de estos profesionales, un marco epistemológico que les ayude a develar el sentido y fin de su rol social y para apoyar a los consultantes en la clarificación de los controles que limitan sus procesos de elección de carrera u oficio y otras acciones, dados los imperativos personales, familiares y sociales que les dominan.

 La epistemológica les clarificaría a los Orientadores educativos las teorías de la ciencia y/o del conocimiento para identificar el objeto de estudio y las herramientas de trabajo más idóneas para acompañar a los orientandos en su proceso de elección, acorde con sus necesidades y circunstancias contextuales. Aquí, las posturas epistemológicas ayudan a diferenciar a ambos, los conceptos de: realidad, elección, control, emancipación, interdisciplinariedad y el sentido ético de la vida y sus proyectos, que son básicos en la Orientación Educativa.

 

¿Qué es la epistemología?

 

Es el estudio filosófico de la génesis y estructura de la producción científica; la génesis, abarca el contexto social e ideológico en donde se genera el conocimiento y la estructura, se refiere a los elementos constitutivos o esenciales del conocimiento.

 

La Epistemología dice Thuillier, P. (1985), no es un sistema a priori ni dogmático que pretenda dictar cómo ha de ser el conocimiento científico, filosófico o social; tampoco busca que los epistemólogos luchen contra los científicos para imponerles determinados métodos o tipos de resultados, la Epistemología dice este autor:

 

-       Estudia la producción de conocimientos científicos en sus aspectos: lógicos, lingüísticos, históricos e ideológicos.

-       Está considerada como una disciplina filosófica con un estatus marginal con relación a las ramas “nobles” de la filosofía (metafísica, ética, etc.).

-       No pretende ser un sistema a priori ni dogmático que dicte lo que debe ser entendido por conocimiento científico.1

 

La Epistemología, agrega este autor, se ocupa de la noción de “explicación científica” y reconoce que puede haber distintas modalidades de “explicación” según las diversas disciplinas, no establece a priori juicios de si el conocimiento del físico funciona igual al del paleontólogo o del biólogo, dado que estas diferencias o similitudes constituyen su objeto de estudio. Se pregunta más bien, de los usos (implícitos o explícitos) de las nociones de “ley”, “teoría”, “observación”, “experimentación” y “verificación” y sobre las relaciones que existen entre ciencia y sociedad, ciencia e instituciones, ciencia y religión, etc., utilizando enfoques y métodos prestados de la filosofía, la lógica, la lingüística, la historia, la sociología, la psicología, etc., utilizándolos sin la intención de reemplazar ni repetir lo que dice la ciencia, sino explicar su génesis, estructura, presupuestos, propósitos e ideología, así cómo hacer consciente al científico y a la sociedad de su uso y posible impacto.

 

La Epistemología, dicen Mardones, J.M. y N. Ursúa (1994), surgió como disciplina cuando el hombre se preguntó sobre el estatuto de la ciencia; es decir, de su validez: ¿qué es ciencia?, ¿qué usos y validez tiene? Preocupación que se ahondó cuando se cuestionó si las ciencias sociales tenían igual categoría y validez científica que las ciencias naturales.

 

Con el tiempo. esta preocupación se aminoró tras las aportaciones de investigadores de la talla de W. Dilthey, quien demostró la validez de las ciencias humanas o del espíritu y de las ciencias naturales; de K.R. Popper, quien propuso incluso, la unidad de un solo método para ambas ciencias y C.F. von Weizsacker, quien demostró la validez de los hechos naturales junto con los humanos y sociales, destacando la importancia de estudiar la subjetividad del hombre y por tener esencia natural (Mardones y Ursúa, 1994: 58, 60, 68).2 ¿Cuáles son las posturas epistemológicas?

 

Las posturas epistemológicas que se abordan aquí fueron tomadas de la clasificación hecha por Mardones, J. M. y N. Ursúa (1994), quienes las dividieron en estos tres grupos:

 

1)  Postura Empírico-Analítica

2)  Postura Fenomenológico-Hermenéutica y  3) Postura Dialéctico-Crítica3.

 

Su génesis, estructura, presupuestos, propósitos, ideología y representantes más notorios se expresan a continuación.

 

1)    Postura Empírico-Analítica

 

1.1  El Racionalismo Crítico de Karl R. Popper

Este autor sostiene como punto de partida la unidad del método científico, a través del método de la falsación; es decir, la equiparación del planteamiento de la metodología de las ciencias naturales con el de las ciencias sociales, donde la observación implica encontrar por el mismo método los fenómenos de investigación y en cuanto a que las ciencias requieren de una solución determinada. Su método recibe el nombre de Racionalismo Crítico de las ciencias naturales, por partir de que todo conocimiento tiene su opuesto que es la ignorancia y que existe un choque entre ambos. Esta dinámica que parte de la racionalidad crítica, es la que le da sentido al avance científico.

 

El eje principal de su propuesta estriba en que en las ciencias se da el ensayo de posibles soluciones a problemas antes que una solución absoluta. Es la propuesta de conjeturas y la crítica constante de tales conjeturas lo que hace al método. Plantea además el método de falsación como una constante refutación de las conjeturas a las que ubica como verdades provisionales. La objetividad de la ciencia radica en la objetividad del método crítico y con relación a la neutralidad valorativa, planteó que resulta prácticamente imposible que el científico se mantenga ajeno a ella porque no puede desprenderse de sus valores e ideología, por ello la objetividad de la ciencia no ha de ser individual sino social.

 

Sería, por tanto, erróneo dejar la objetividad de la ciencia a merced de la objetividad del científico ya que tanto los científicos naturales como los sociales y humanos son partidistas. De ahí que la objetividad de la ciencia haya de basarse en la racionalidad crítica, pues su objetividad no puede reducirse a lo individual, sino que le compete lo social. De esta crítica amistosa-enemistosa que realizó por vía de la competencia entre los científicos, entre los científicos y las escuelas, entre la tradición y la crítica, etc., posibilitó el acceso a la objetividad científica y o que criticó en la ciencia fue la aspiración de poseer la verdad absoluta cuestionando además, que para los científicos los enunciados sólo son verdaderos si coincide con los hechos, si las cosas son tal y como él las representó, obteniendo su explicación causal mediante el sistema deductivo y explica al explicandum relacionándolo lógicamente con otros hechos, las llamadas condiciones iniciales. De esta forma el esquema lógico básico de toda explicación es una inferencia deductiva en la que las premisas están constituidas por la teoría y por las condiciones iniciales. El concepto de verdad y de explicación le originaron dos nuevos conceptos a Popper, ambos son de carácter relativo: 1) El de aproximación a la verdad y 2) El de la fuerza explicativa. Así, una proposición será capaz de representar mejor la realidad si interpreta las consecuencias lógicas verdaderas como las menos falsas.

 

Por otra parte, Poppe, K.R. (1973), afirmó que existe un método puramente objetivo para las ciencias sociales al que califica de método objetivamente comprensivo o de la lógica de la situación, que consiste en analizar la conducta de los hombres a partir de la situación misma en que se encuentran inmersos. La comprensión objetiva radicaría en la conducta que es objetiva y adecuada a la situación. Este es un método individualista no psicológico que se hace cargo del mundo físico en el que tienen lugar nuestras acciones. Es decir, del entorno y las instituciones sociales.

 

Finalmente, Popper, K.R., comentó que aunque no podamos justificar mediante la razón todas nuestras teorías, podemos al menos criticarlas y diferenciarlas la mejor de lo peor. La objetividad de la ciencia se sustentaría en la objetividad del método, por ello afirmó:

 

“Cualquier teoría debe someterse a la crítica lógica para ser objetiva. El método para hacerlo es el método crítico”4.

 

1.2  El Paradigma Científico de Thomas S. Kuhn

Kuhn, T.S. (1975), es considerado el iniciador del camino de la epistemología social de la ciencia, quien sostuvo que la ciencia no avanza en forma continua como dice la tradición, sino zigzagueando entre momentos de grandes revoluciones y otros de enormes estancamientos. Así, una gran construcción científica puede venirse abajo en el momento que aparece un nuevo paradigma si éste se realiza no sólo con base en argumentaciones y refutaciones racionales y científicas, sino también, por factores psicosociales que emanen de la comunidad científica.

 

El un progreso dinámico o dialéctico de la ciencia se construye no sólo por refutación racional, sino por planteamientos de la comunidad científica que involucra factores naturales y psicosociales como las creencias, valores y técnicas Estas comunidades, destruyen o retoman los viejos paradigmas y plantean nuevos que pueden surgir por sectores, ramas o temas diversos. En estas comunidades existe comunicación entre sus miembros según la especialidad y el reconocimiento que cada uno haya logrado. Kuhn planteó que la madurez de un paradigma o los cambios con relación a ellos, se efectúan más bien en función de su naturaleza y no de su presencia, así como también de la existencia de una identificación biunívoca entre las comunidades científicas.

 

El paradigma científico Kuhn lo utiliza en dos sentidos:

 1) Para completar la constelación de creencias, valores y técnicas compartidas por los miembros y

2) Como elemento en la solución-enigma. Este modelo reemplaza reglas explícitas y da fundamentos para resolver los enigmas restantes de la ciencia normal. Un paradigma es lo que los miembros de una comunidad científica comparten y a su vez una comunidad científica está integrada por hombres que comparten paradigmas. Una comunidad científica se forma por los practicantes de una misma especialidad; ellos comparten antecedentes académicos similares, literatura técnica y un tema que les es propio.

 

A su vez, se ven a sí mismos y son vistos por otros como responsables de la prosecución de fines compartidos que incluyen la preparación de sucesores. En estas comunidades la comunicación es relativamente completa y los juicios profesionales son relativamente unánimes, existiendo por lo mismo un sentido de circularidad. Sin embargo, en razón de que diversas comunidades pueden tener como objeto de estudio diferentes temas y una deficiente comunicación profesional entre sus miembros, puede dar lugar a equivocaciones que acarrear desacuerdos significativos. 

 

Los científicos individualmente considerados, pueden por si solos ser partícipes de varios grupos simultáneamente. Las comunidades son las autorizadas y productoras del conocimiento científico. Los paradigmas son por tanto compartidos por estos grupos. Las escuelas aprovechan el mismo material científico de una comunidad, pero desde puntos de vista distintos. ¿Cómo se accede a la madurez de un paradigma? a) Al buscar la transición del período pre al post paradigmático. Para Kuhn ésta no requiere estar asociada con la primera adquisición de un paradigma, que en muchos de los casos puede ser compartido por varios miembros, ya que los cambios de un paradigma van en relación más bien con su naturaleza y no con su presencia. b) Identificar biunívocamente las comunidades científicas.

 

Una revolución es para Kuhn, es un cambio que entraña una reestructuración de los acuerdos del grupo independientemente de la magnitud de las consecuencias que genere y al mismo tiempo, ésta puede llegar a realizarse por una pequeña comunidad de científicos. Tal revolución no necesariamente debe venir precedida de una crisis, sino simplemente de un mecanismo autocorrector que permita modificar el curso de la ciencia. 

 

“Las crisis -dice Kuhn-, no necesitan ser generadas por el trabajo de la comunidad que las experimenta, el que algunas veces sobrelleva como resultado una revolución. Nuevos instrumentos como el microscopio electrónico o nuevas leyes como las de Maxwell, pueden desarrollarse en una especialidad y su asimilación crear otras crisis”5.

 

2)    Postura Fenomenológico-Hermenéutica

 

2.1  La Sociología Compresiva de Max Weber

Su aportación fundamental consiste en el planteamiento del método comprensivo y el rigor y la conceptualización empíricamente derivada, esto conduce al análisis hipotético que culmina en la creación de los tipos ideales que permitirán medir las acciones sociales mediante su interpretación evidente o endopática (emocional). A este autor se debe la atención dada por las ciencias sociales a los conceptos de “sentido”, “comprensión” “motivo”, “leyes” y “tipos ideales”, tomando las leyes lógicas para explicarlos.

 

Weber, M. (1969), sugirió respetar la peculiaridad de los hechos sociales, históricos y culturales que tienen sentido y significado para el investigador, aceptando que una acción con sentido no surge en muchos casos de procesos psicofísicos. Del mismo modo, tampoco es necesaria la capacidad de producir una acción semejante a la de otros para comprenderla, ya que con frecuencia los elementos comprensibles están entremezclados contrariamente a lo que se cree, muchos de los valores y fines de carácter último que rodean la acción del hombre, no pueden comprenderse con plena evidencia sino, hasta que existan ciertas circunstancias en que se puedan captar intelectualmente como datos que permitan comprender los motivos de la acción humana y nos resultará menos fácil revivirlos endopáticamente (emocionalmente) tanto cuanto más se alejen de nuestras valoraciones últimas, de tal forma que muchos afectos reales podrán revivirse mejor cuanto más susceptibles seamos a ellos y podamos calcular sus efectos sobre la dirección y los medios que se empleen para identificarlos.

 

Este autor se esforzó por crear un método comprensivo de las ciencias sociales, humanas e históricas e introdujo el rigor y la conceptualización empíricamente derivada, de donde surgió el análisis hipotético de los tipos ideales, que servirán de instrumento para la medición para dotar a las ciencias sociales de un estatuto científico, respetando las peculiaridades de los hechos sociales, históricos y culturales que tienen sentido y aparecen siempre como significativamente importantes para el investigador. De aquí señala, que toda interpretación persigue la evidencia, pero ninguna interpretación por evidente que sea puede pretender ser la explicación causal válida. Es sólo una hipótesis causal, particularmente evidente.

 

La intensidad -dice- con la que los impulsos humanos pugnan ante una determinada situación no la podemos apreciarla sino mediante el resultado efectivo. De ahí que sea indispensable el uso de la interpretación comprensiva del sentido a través de los resultados; es decir, por la dirección que manifiesta la realidad, la que sólo en casos experimentales estadísticos se puede realizar eficazmente. Los procesos e irregularidades incomprensibles no pueden calificarse de hechos o leyes sociológicas, sino que son considerados únicamente como condiciones, estímulos u obstáculos.

Max Weber se preguntó si era posible reducir a leyes del comportamiento humano sin destruir su libertad y respondió que las leyes sociológicas son probabilidades típicas confirmadas por la observación de determinadas situaciones que transcurren en forma esperada, pero acepta que ciertas acciones sociales sólo son comprendidas cuando la relación de medios-fin es unívoca. De su obra Mardones y Ursúa (1994) ofrecen un resumen en los 10 puntos siguientes:

 

1º. Por “sentido” se entienden los motivos de la acción humana en hechos objetivos o subjetivos históricamente dados, que pueden constituirse en tipos ideales.

2º. Hay límites entre una acción con sentido o comprensible y una conducta no unida a un sentido. El poder revivir alguna acción es importante para la evidencia de su comprensión. 3º. Toda interpretación sociológica como en toda ciencia en general, tiende a la evidencia, sea de carácter racional o lógica o de carácter endopática o emocional.

4º. Los procesos y objetos ajenos al sentido entran en el ámbito ocasional o como obstáculo de la acción humana.

5º. Puede entenderse por “comprensión” la conducta dada en una acción que permita captar su sentido o comprender una acción por sus motivos.

6º. “Comprensión” equivale en todos los casos a interpretar el sentido o conexión de sentido y toda interpretación persigue la evidencia.

7º. Llamamos “motivo” a la conexión de sentido que para el actor o el observador le parece como el fundamento con sentido de una conducta.

8º. Procesos y regularidades que, por ser incomprensibles en el sentido aquí empleado, no pueden ser clasificados de hechos o leyes sociológicas, no por ello dejan de ser importantes. 9º. Las “leyes” como se acostumbra a llamar a muchas proposiciones de la sociología comprensiva, son denominadas probabilidades típicas.

10º. Esta sociología construye conceptos tipo y se afana en encontrar reglas generales del acaecer, en oposición a disciplinas que se esfuerzan en hacer análisis y hallar causalidades6.

 

La ciencia social -agrega Weber-, es una ciencia de la realidad a la que deseamos comprender por sus distintas manifestaciones, por su contexto y por sus causas a fin de averiguar si siempre ha sucedido de la misma manera. Pero somos conscientes de que por nuestra finitud, únicamente alcanzaremos a conocer una pequeña parte de ella, la que nos parezca esencial o digna de ser conocida.

 

Esta selección, normalmente la haremos con base en la repetición regular de determinadas conexiones de sentido a las que otorguemos un significado cultural, o bien, por los valores e ideas del investigador que a su vez determinarán su opinión de toda una época. De los valores dependerá la identificación de los fenómenos que se consideren valiosos y sirvan para distinguir lo importante de lo secundario.

 

2.2  El Lenguaje como Experiencia Hermenéutica de Hans-George Gadamer

Gadamer, Hans-George (1977), explicó que también hay comprensión social e interpersonal en lo científico, a través de una comunicación lingüística, la que definió como una relación negociadora acordada entre los sujetos, en donde el punto nodal se centra en estar de acuerdo con el otro a través del lenguaje. Aquí, el valor hermenéutico es darle sentido a la comunicación con base en el lenguaje y en la libertad de acordar, agregando que comprender e interpretar son la misma cosa si el mediador en dicho acuerdo es el lenguaje, para cuyo ejercicio propuso estas siete reglas: 1) Comprender es ponerse de acuerdo con alguien sobre algo, 2) El lenguaje es el medio universal para realizar el consenso y comprensión, 3) El diálogo es el modo concreto para alcanzar la comprensión, 4) Toda comprensión viene a ser una interpretación, 5) La comprensión se mueve en la dialéctica de preguntas y respuestas, 6) La dimensión lingüística indica la concreción de la conciencia en el hecho factual y 7) La proposición esencial es existir en medio del lenguaje en cuanto que el pasado se actualiza.

 

El problema hermenéutico -agrega-, no está en relación con el dominio de una lengua, sino en el acuerdo sobre el asunto que sucede en medio del lenguaje. En tal sentido, la conversación es un proceso en el que se busca llegar a un acuerdo. En el que se intenta entender, opinar y ponerse de acuerdo con el otro en la cosa (o de lo que hablan). Esto es, que su opinión y la propia sean entendidas por ambos. Si en una conversación resultan diferencias insuperables, al menos se puede recurrir a un compromiso.

 

Para llegar a un acuerdo en la conversación, debe existir disponibilidad de los interlocutores aun cuando ambos dialogantes expresen distintos pareceres, pues sopesarán los argumentos de cada parte y se realizará una transferencia recíproca casi imperceptible y no arbitraria que conduce finalmente a un acuerdo común, a una sentencia compartida. Se puede hablar de una conversación hermenéutica cuando en ella se utiliza un lenguaje común que llevará a la realización del comprender y llegar a un acuerdo. Es decir, no se requiere un instrumento especial para el acuerdo. Los horizontes individuales se fusionan al expresar el tema del que deviene la cosa común a los interlocutores, por ello se afirma:

 

"La relación esencial entre lingüisticidad y comprensión se muestra para empezar en el hecho de que la esencia de la tradición consiste en existir en el medio del lenguaje, de manera que el objeto preferente de la interpretación es de naturaleza lingüística”7.

 

3)    Postura Dialéctico-Crítica

 

3.1  La Teoría Crítica de Theodore W. Adorno

El planteamiento esencial de Adorno, T.W. (1961), afirma que la ciencia y su método no pertenecen al ideal sino a la cosa. Ubica el concepto de totalidad como dialéctica o descripción de las contradicciones reales de la sociedad, pero no equipara el conocimiento de las cosas naturales (que es particular) con el de las sociales (que es general). Las contradicciones -dice-, son reales no aparentes y deben develarse; como el conocimiento sociológico es crítico, dado que entiende los hechos como reales y entrevé los matices de cómo se genera, por ello, es importante su refutación. Plantea como procedimiento ubicar el problema, hallar sus contradicciones y plantear las soluciones que después puedan ser racionalmente refutadas para llegar a la verdad.

 

Rechaza la teoría del ensayo y error de K.R. Popper porque considera que es particular y su propuesta es de totalidad. La cuestiona también por ser formal y material ya que accede a la objetividad científica cuando se identifica con las soluciones y porque su método parte de la cosa no del investigador. Asimismo, le cuestiona la neutralidad valorativa la que considera falsa debido a que el investigador está dentro de una sociedad que tiene una ideología y una falsa conciencia, pero sólo la emancipación de esa falsa conciencia llevará al científico a poder ver los problemas reales (contradicciones) y plantear su solución.

 

El método de Theodore W. Adorno es mucho más amplio que el de K.R. Popper y afirma que el método no puede permanecer indiferente al objeto y la ciencia no depende del ideal metodológico sino de la cosa. El conocimiento verdadero sólo se logra -agrega Adornocuando buscamos que responda a la totalidad, entendida ésta como dialéctica; es decir, como contradicciones reales de la sociedad. Sin duda, -agrega-, ha sucedido que por nuestro deseo de exactitud hemos pretendido conocer la sociedad de la misma forma en que hemos deseado conocer la naturaleza. Nada más que esta propuesta.

 

Este autor continúa argumentando que el objeto de la ciencia sociológica no es unánime, ni sencillo, ni viene integrado de manera neutral al deseo de conveniencia de la formalización categorial. Al estudiar la realidad, no podemos circunscribir una contradicción aparente al propio sujeto que estudia el objeto, sino que ésta puede estar dotada por la propia cosa que no podemos eliminar del mundo por razones científicas. El conocimiento sociológico es crítico y no simplemente deductivo o inductivo como lo señalan las teorías desarrolladas por Bacon y Descartes, las cuales fueron concebidas desde el método y el conocimiento sociológico eminentemente reside en los matices, porque en la sociedad los hechos no son lo último, ya que vienen mediados por la sociedad. Por otra parte, la refutación sólo resulta fructífera como crítica inmanente. Así, desde lejos, todo puede ser refutable o nada puede serlo. El escepticismo conviene al juego de la discusión; en cambio, el impulso crítico va unido a la resistencia contra toda rígida conformidad respecto de la opinión dominante y lo crítico apela a un pensamiento no fijado, ni cosificado sino lúcido. Para T.W. Adorno la crítica debe ser inseparable de las soluciones, pues es a través de ella, que éstas maduran y se integran.

 

La crítica de las ciencias sociales no -comenta-, debemos limitarla al método, sino también a la cosa u objeto dada la íntima relación que experimentan. De hacerse lo contrario, el método resultaría improductivo. La vía crítica no es meramente formal, sino también, material y en este caso, la sociología crítica debe igualmente ser una crítica de la sociedad misma, de otra manera, se limitaría el progreso.

La cosa está libre de imperatividad, es algo meramente existente. El juicio que se realiza sobre la cosa posee espontaneidad subjetiva que depende de la cosa y no se agota en una irracional decisión subjetiva. Por ello, el problema de los valores en la sociología ha estado mal planteado. Una sociedad que se diga libre de valores desatiende a la cosa tanto como aquélla que se remite a unos valores más o menos establecidos y arbitrariamente estatuidos. No puede ignorarse la unidad del ser con el deber en la realidad y por ello la única arma capaz de penetrarla es la crítica social. Por tanto, el comportamiento neutral resulta imposible no sólo en su aspecto psicológico sino también en función de la cosa objetivada. Así, la sociedad se cristaliza gracias a la concepción de una sociedad más justa. Y ésta no se contrasta frente a un simple valor supuesto sino que surge de la crítica, de la conciencia de la sociedad, de sus contradicciones y necesidades. La preeminencia de lo social respecto de lo humano-individual, se explica a través de la cosa. El carácter contradictorio de la realidad social constituye la posibilidad de la sociología en cuanto tal, de ahí que T.W. Adorno (1961) a los investigadores sociales, lo siguiente:

 

“Únicamente quien sea capaz de imaginar una sociedad distinta de la existente podrá convertirla en problema en virtud de lo que no es, ya que se hará patente lo que es”8.

 

3.2  La Teoría Analítica de la Ciencia y la Dialéctica de Jürgen Habermas

Habermas, J. (1961), es el representante más sobresaliente de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt, defensor de la Teoría de la Ciencia fundamentada en la dialéctica y la crítica como bases de la Teoría Crítica, que sustenta la categoría de totalidad, enriquecida con la hermenéutica, la filosofía de la historia y la Filosofía Crítica orientadas a la emancipación. Las ciencias sociales si bien son de observancia analítica dice este autor, conocen un concepto de totalidad cuyas teorías son Teorías de Sistemas, de tal suerte que una teoría general habrá de referirse al sistema social en su conjunto, donde el acontecer social se concibe como una trama que funciona de manera regular e interdependiente en la realidad. El hecho de que las relaciones del sistema se repliquen bajo el modelo matemático, no altera en nada su carácter cualitativo.

 

La Teoría Analítica estudia también las ciencias históricas, pero en este caso, su meta es la explicación de acontecimientos individuales. Los historiadores suelen apoyarse en leyes triviales y en reglas empíricas de la psicología y la sociología para hipotetizar sobre un acontecimiento. Las causas históricas se explican de manera lógica pero sus hipótesis hacen referencia a reglas de la experiencia cotidiana propuestas de manera programática ante un acontecimiento. Asimismo, cuando en lugar de estudiar enunciados hipotéticos específicos, el historiador elige estudiar enunciados hipotéticos generales que puedan transformarse en leyes, entonces hace el papel del sociólogo porque las condiciones en las que se basa la historia son más concretas, de ahí que la historia no posea leyes generales sino específicas y considere siempre los fenómenos particulares respecto de la totalidad.

Asimismo, para Habermas, J., el método dialéctico es el resultado del método de la comprensión (hermenéutica) y del procedimiento objetivante de la ciencia (causa-analítica) y la crítica, en donde cada uno tiene sus derechos. La relación entre ciencia y praxis reside en una estricta diferenciación entre hechos y decisiones porque una cosa es la evidencia de los hechos y otra el sentido que se le otorgue para actuar. Existe una correspondencia entre hechos y decisiones por una parte el conocer y valorar por la otra.

 

No se puede predecir cómo cada científico valorará determinado hecho social o histórico, porque sus juicios de valor no pueden asumir legítimamente la forma de enunciados teoréticos; es decir, no existen leyes para valorarlos o como dice Habermas:

 

“Los problemas prácticos o las cuestiones y preguntas acerca del sentido de las normas son científicamente indecibles; los juicios de valor jamás pueden asumir legítimamente la forma de enunciados teoréticos, ni pueden ser puestos en relación de necesidad lógica con éstos”9.

 

Esquemas de representación

A continuación, se agregan tres figuras que esquematizan o sintetizan los contenidos y fines de cada una de las posturas epistemológicas. Se agregan con la intención de apoyarles en la clarificación sobre el tipo de práctica o rol social que asumen frente a sus orientandos.

 

Un Orientador educativo cuyo interés cognoscitivo esté centrado en los procedimientos e instrumentos de trabajo, sin pretenderlo, controlará y someterá a su consultante, porque el canon de las ciencias normativas así lo requieren: cuidar la validez y confiabilidad, el control, antes que la necesidad del sujeto (ver postura 1). En tanto, el Orientador educativo preocupado por atender los sentimientos, anhelos y expectativas de su consultante, se centra en él y sus necesidades, más que en los instrumentos de trabajo (ver postura 2). Por último, el Orientador educativo ocupado en la crítica social o del entorno inmediato (amigos, familia, docentes, escuela, comunidad), la usa como herramienta de trabajo cotidiano, cuyo interés cognoscitivo pudiera ser el develar los conflictos del sujeto (sin embargo, habría que evitar la proyección inconsciente de sus propios conflictos), lo que llevaría a resultados más alienantes que emancipadores (ver postura 3).

 

¿Qué es lo recomendable? Conocer a fondo la génesis y estructura de las tras posturas epistemológicas y aplicarlas según lo requiera el sujeto consultante, pero siempre estar consciente del interés cognoscitivo que se persigue y no hacerlo de manera inconsciente, desinformada…

 

Dr. José Nava Ortiz P.D.- Se anexa documento base de este resumen.

 



[1] Fundador, Ex-Presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Orientación (AMPO). Actualmente integrante de su Consejo Asesor y Representante de México ante la RELAPRO.

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