Introducción Dr. José Nava Ortiz[1]
Cuando un Orientador
educativo (escolar, vocacional, profesional u otro), orienta a un sujeto
(orientando, consultante, orientado u otro), lo hace desde alguna de las tres
posturas epistemológicas que se resumen en este trabajo y que son:
1) Postura Empírico-Analítica,
2) Postura Fenomenológico-Hermenéutica y
3) Postura
Dialéctico-Crítica.
Estas tres
posturas fueron clasificadas por Mardones, José M. y N. Ursúa (1994), mismas
que guardan una relación directa con la concepción y práctica de los Orientadores
educativos, de ahí que su aprendizaje y clarificación sea necesaria por
tratarse de herramientas para diferenciar el objeto de estudio y su aplicación
en los procedimientos de su práctica profesional. Sin embargo, lo más probable
es que los Orientadores educativos las desconozcan o las utilicen de manera “no
conscientes”, desconociendo el impacto de su aplicación; incluso, las mezclen
indistintamente lo que lleva a la necesidad de conocerlas y utilizarlas de
manera informada, sobre todo si reconocemos que Orientar es un acto de alta
responsabilidad que involucra a seres humanos con visiones y sueños distintos
que requieren ser clarificados antes de aplicarse.
Abordar la
Epistemología en Orientación Educativa, es incursionar en un campo escasamente
documentado sobre las posturas, su contenido, sentido y enfoques, no sólo por
las instituciones formadoras; si no además, por los teóricos de la Orientación
Educativa, (y en el caso de México), por la inexistencia de la Licenciatura en
Orientación Educativa, que junto con los posgrados (que sí existen),
constituirían espacios curriculares para estudiar la Epistemología, que
enriquecería sin duda el perfil de egreso de los Orientadores educativos. Por
ello, se insiste en la necesidad de incluir en los programas de formación de
estos profesionales, un marco epistemológico que les ayude a develar el sentido
y fin de su rol social y para apoyar a los consultantes en la clarificación de
los controles que limitan sus procesos de elección de carrera u oficio y otras
acciones, dados los imperativos personales, familiares y sociales que les
dominan.
La epistemológica les clarificaría a los Orientadores
educativos las teorías de la ciencia y/o del conocimiento para identificar el objeto de estudio y las
herramientas de trabajo más idóneas para acompañar a los orientandos en su proceso de elección, acorde con sus
necesidades y circunstancias contextuales. Aquí, las posturas epistemológicas
ayudan a diferenciar a ambos, los conceptos de: realidad, elección, control,
emancipación, interdisciplinariedad y el sentido ético de la vida y sus
proyectos, que son básicos en la Orientación Educativa.
¿Qué es la epistemología?
Es el estudio
filosófico de la génesis y estructura de la producción científica;
la génesis, abarca el contexto social
e ideológico en donde se genera el conocimiento y la estructura, se refiere a los elementos constitutivos o esenciales
del conocimiento.
La Epistemología dice Thuillier, P. (1985), no es un sistema a priori ni dogmático que pretenda
dictar cómo ha de ser el conocimiento científico, filosófico o social; tampoco
busca que los epistemólogos luchen contra los científicos para imponerles
determinados métodos o tipos de resultados, la Epistemología dice este autor:
-
Estudia la producción de conocimientos
científicos en sus aspectos: lógicos, lingüísticos, históricos e ideológicos.
-
Está considerada como una disciplina
filosófica con un estatus marginal con relación a las ramas “nobles” de la
filosofía (metafísica, ética, etc.).
-
No pretende ser un sistema a priori ni dogmático que dicte lo que debe ser entendido
por conocimiento científico.1
La Epistemología, agrega este autor, se ocupa de la noción de “explicación
científica” y reconoce que puede haber distintas modalidades de “explicación”
según las diversas disciplinas, no establece
a priori juicios de si el conocimiento del físico funciona igual al del
paleontólogo o del biólogo, dado que estas diferencias o similitudes
constituyen su objeto de estudio. Se pregunta más bien, de los usos (implícitos
o explícitos) de las nociones de “ley”, “teoría”, “observación”,
“experimentación” y “verificación” y sobre las relaciones que existen entre ciencia
y sociedad, ciencia e instituciones, ciencia y religión, etc., utilizando
enfoques y métodos prestados de la filosofía, la lógica, la lingüística, la
historia, la sociología, la psicología, etc., utilizándolos sin la intención de
reemplazar ni repetir lo que dice la ciencia, sino explicar su génesis,
estructura, presupuestos, propósitos e ideología, así cómo hacer consciente al
científico y a la sociedad de su uso y posible impacto.
La Epistemología, dicen Mardones, J.M. y N. Ursúa (1994), surgió como
disciplina cuando el hombre se preguntó sobre el estatuto de la ciencia; es
decir, de su validez: ¿qué es ciencia?, ¿qué usos y validez tiene? Preocupación
que se ahondó cuando se cuestionó si las ciencias sociales tenían igual categoría y validez científica que las
ciencias naturales.
Con el tiempo. esta preocupación se aminoró tras las aportaciones de
investigadores de la talla de W. Dilthey, quien demostró la validez de las
ciencias humanas o del espíritu y de las ciencias naturales; de K.R. Popper,
quien propuso incluso, la unidad de un solo método para ambas ciencias y C.F.
von Weizsacker, quien demostró la validez de los hechos naturales junto con los
humanos y sociales, destacando la importancia de estudiar la subjetividad del
hombre y por tener esencia natural (Mardones y Ursúa, 1994: 58, 60, 68).2 ¿Cuáles son las posturas epistemológicas?
Las posturas
epistemológicas que se abordan aquí fueron tomadas de la clasificación hecha
por Mardones, J. M. y N. Ursúa (1994), quienes las dividieron en estos tres
grupos:
1) Postura Empírico-Analítica
2) Postura Fenomenológico-Hermenéutica y
3) Postura Dialéctico-Crítica3.
Su génesis, estructura, presupuestos, propósitos, ideología y
representantes más notorios se expresan a continuación.
1)
Postura Empírico-Analítica
1.1 El Racionalismo Crítico de Karl R. Popper
Este autor
sostiene como punto de partida la unidad
del método científico, a través del método de la falsación; es decir, la equiparación del planteamiento de la
metodología de las ciencias naturales con el de las ciencias sociales, donde la
observación implica encontrar por el
mismo método los fenómenos de investigación y en cuanto a que las ciencias
requieren de una solución determinada. Su método recibe el nombre de Racionalismo Crítico de las ciencias
naturales, por partir de que todo conocimiento tiene su opuesto que es la
ignorancia y que existe un choque entre ambos. Esta dinámica que parte de la
racionalidad crítica, es la que le da sentido al avance científico.
El eje principal
de su propuesta estriba en que en las ciencias se da el ensayo de posibles
soluciones a problemas antes que una solución absoluta. Es la propuesta de
conjeturas y la crítica constante de tales conjeturas lo que hace al método.
Plantea además el método de falsación como
una constante refutación de las conjeturas a las que ubica como verdades
provisionales. La objetividad de la ciencia radica en la objetividad del método
crítico y con relación a la neutralidad valorativa, planteó que resulta
prácticamente imposible que el científico se mantenga ajeno a ella porque no
puede desprenderse de sus valores e ideología, por ello la objetividad de la
ciencia no ha de ser individual sino social.
Sería, por
tanto, erróneo dejar la objetividad de la ciencia a merced de la objetividad
del científico ya que tanto los científicos naturales como los sociales y
humanos son partidistas. De ahí que la objetividad de la ciencia haya de
basarse en la racionalidad crítica,
pues su objetividad no puede reducirse a lo individual, sino que le compete lo
social. De esta crítica amistosa-enemistosa que realizó por vía de la
competencia entre los científicos, entre los científicos y las escuelas, entre
la tradición y la crítica, etc., posibilitó el acceso a la objetividad
científica y o que criticó en la ciencia fue la aspiración de poseer la verdad
absoluta cuestionando además, que para los científicos los enunciados sólo son
verdaderos si coincide con los hechos, si las cosas son tal y como él las
representó, obteniendo su explicación causal mediante el sistema deductivo y
explica al explicandum relacionándolo lógicamente con otros hechos, las
llamadas condiciones iniciales. De esta forma el esquema lógico básico de toda
explicación es una inferencia deductiva
en la que las premisas están constituidas por la teoría y por las condiciones
iniciales. El concepto de verdad y de explicación le originaron dos nuevos
conceptos a Popper, ambos son de carácter relativo: 1) El de aproximación a la
verdad y 2) El de la fuerza explicativa. Así, una proposición será capaz de
representar mejor la realidad si interpreta las consecuencias lógicas
verdaderas como las menos falsas.
Por otra parte,
Poppe, K.R. (1973), afirmó que existe un método puramente objetivo para las
ciencias sociales al que califica de método
objetivamente comprensivo o de la lógica de la situación, que consiste en
analizar la conducta de los hombres a partir de la situación misma en que se
encuentran inmersos. La comprensión objetiva radicaría en la conducta que es
objetiva y adecuada a la situación. Este es un método individualista no
psicológico que se hace cargo del mundo físico en el que tienen lugar nuestras
acciones. Es decir, del entorno y las instituciones sociales.
Finalmente,
Popper, K.R., comentó que aunque no podamos justificar mediante la razón todas
nuestras teorías, podemos al menos criticarlas y diferenciarlas la mejor de lo
peor. La objetividad de la ciencia se sustentaría en la objetividad del método,
por ello afirmó:
“Cualquier teoría debe someterse a la crítica lógica para
ser objetiva. El método
para hacerlo es el método crítico”4.
1.2 El Paradigma Científico de Thomas S. Kuhn
Kuhn, T.S.
(1975), es considerado el iniciador del camino de la epistemología social de la ciencia, quien sostuvo que la ciencia no
avanza en forma continua como dice la tradición, sino zigzagueando entre
momentos de grandes revoluciones y otros de enormes estancamientos. Así, una
gran construcción científica puede venirse abajo en el momento que aparece un nuevo paradigma si éste se realiza no
sólo con base en argumentaciones y refutaciones racionales y científicas, sino
también, por factores psicosociales que emanen de la comunidad científica.
El un progreso
dinámico o dialéctico de la ciencia se construye no sólo por refutación
racional, sino por planteamientos de la comunidad científica que involucra
factores naturales y psicosociales como las creencias, valores y técnicas Estas
comunidades, destruyen o retoman los viejos paradigmas y plantean nuevos que
pueden surgir por sectores, ramas o temas diversos. En estas comunidades existe
comunicación entre sus miembros según la especialidad y el reconocimiento que
cada uno haya logrado. Kuhn planteó que la madurez de un paradigma o los
cambios con relación a ellos, se efectúan más bien en función de su naturaleza
y no de su presencia, así como también de la existencia de una identificación
biunívoca entre las comunidades científicas.
El paradigma
científico Kuhn lo utiliza en dos sentidos:
1) Para completar la constelación de
creencias, valores y técnicas compartidas por los miembros y
2) Como elemento
en la solución-enigma. Este modelo reemplaza reglas explícitas y da fundamentos
para resolver los enigmas restantes de la ciencia normal. Un paradigma es lo
que los miembros de una comunidad científica comparten y a su vez una comunidad
científica está integrada por hombres que comparten paradigmas. Una comunidad
científica se forma por los practicantes de una misma especialidad; ellos
comparten antecedentes académicos similares, literatura técnica y un tema que
les es propio.
A su vez, se ven
a sí mismos y son vistos por otros como responsables de la prosecución de fines
compartidos que incluyen la preparación de sucesores. En estas comunidades la
comunicación es relativamente completa y los juicios profesionales son
relativamente unánimes, existiendo por lo mismo un sentido de circularidad. Sin
embargo, en razón de que diversas comunidades pueden tener como objeto de
estudio diferentes temas y una deficiente comunicación profesional entre sus
miembros, puede dar lugar a equivocaciones que acarrear desacuerdos
significativos.
Los científicos
individualmente considerados, pueden por si solos ser partícipes de varios
grupos simultáneamente. Las comunidades son las autorizadas y productoras del
conocimiento científico. Los paradigmas son por tanto compartidos por estos
grupos. Las escuelas aprovechan el mismo material científico de una comunidad,
pero desde puntos de vista distintos. ¿Cómo se accede a la madurez de un
paradigma? a) Al buscar la transición del período pre al post paradigmático.
Para Kuhn ésta no requiere estar asociada con la primera adquisición de un
paradigma, que en muchos de los casos puede ser compartido por varios miembros,
ya que los cambios de un paradigma van en relación más bien con su naturaleza y
no con su presencia. b) Identificar biunívocamente las comunidades científicas.
Una revolución es para Kuhn, es un cambio que entraña una reestructuración
de los acuerdos del grupo independientemente de la magnitud de las
consecuencias que genere y al mismo tiempo, ésta puede llegar a realizarse por
una pequeña comunidad de científicos. Tal revolución no necesariamente debe
venir precedida de una crisis, sino simplemente de un mecanismo autocorrector
que permita modificar el curso de la ciencia.
“Las crisis -dice
Kuhn-, no necesitan ser generadas por el trabajo de la comunidad que las
experimenta, el que algunas veces sobrelleva como resultado una revolución.
Nuevos instrumentos como el microscopio electrónico o nuevas leyes como las de
Maxwell, pueden desarrollarse en una especialidad y su asimilación crear otras
crisis”5.
2)
Postura Fenomenológico-Hermenéutica
2.1 La Sociología Compresiva de Max Weber
Su aportación
fundamental consiste en el planteamiento del método comprensivo y el rigor y la conceptualización empíricamente
derivada, esto conduce al análisis hipotético que culmina en la creación de los
tipos ideales que permitirán medir
las acciones sociales mediante su interpretación evidente o endopática
(emocional). A este autor se debe la atención dada por las ciencias sociales a
los conceptos de “sentido”, “comprensión” “motivo”, “leyes” y “tipos ideales”,
tomando las leyes lógicas para explicarlos.
Weber, M.
(1969), sugirió respetar la peculiaridad de los hechos sociales, históricos y
culturales que tienen sentido y
significado para el investigador, aceptando que una acción con sentido no
surge en muchos casos de procesos psicofísicos. Del mismo modo, tampoco es
necesaria la capacidad de producir una acción semejante a la de otros para
comprenderla, ya que con frecuencia los elementos comprensibles están
entremezclados contrariamente a lo que se cree, muchos de los valores y fines
de carácter último que rodean la acción del hombre, no pueden comprenderse con
plena evidencia sino, hasta que existan ciertas circunstancias en que se puedan
captar intelectualmente como datos que permitan comprender los motivos de la acción humana y nos resultará menos
fácil revivirlos endopáticamente (emocionalmente) tanto cuanto más se alejen de
nuestras valoraciones últimas, de tal forma que muchos afectos reales podrán
revivirse mejor cuanto más susceptibles seamos a ellos y podamos calcular sus
efectos sobre la dirección y los medios que se empleen para identificarlos.
Este autor se
esforzó por crear un método comprensivo de las ciencias sociales, humanas e
históricas e introdujo el rigor y la conceptualización empíricamente derivada, de donde surgió el análisis hipotético de
los tipos ideales, que servirán de instrumento para la medición para dotar a
las ciencias sociales de un estatuto científico, respetando las peculiaridades
de los hechos sociales, históricos y culturales que tienen sentido y aparecen siempre como significativamente importantes para
el investigador. De aquí señala, que toda interpretación persigue la evidencia,
pero ninguna interpretación por evidente que sea puede pretender ser la explicación
causal válida. Es sólo una hipótesis causal, particularmente evidente.
La intensidad
-dice- con la que los impulsos humanos pugnan ante una determinada situación no
la podemos apreciarla sino mediante el resultado efectivo. De ahí que sea indispensable
el uso de la interpretación comprensiva
del sentido a través de los resultados; es decir, por la dirección que
manifiesta la realidad, la que sólo en casos experimentales estadísticos se
puede realizar eficazmente. Los procesos e irregularidades incomprensibles no
pueden calificarse de hechos o leyes sociológicas, sino que son considerados
únicamente como condiciones, estímulos u obstáculos.
Max Weber se
preguntó si era posible reducir a leyes del comportamiento humano sin destruir
su libertad y respondió que las leyes sociológicas son probabilidades típicas
confirmadas por la observación de determinadas situaciones que transcurren en
forma esperada, pero acepta que ciertas acciones sociales sólo son comprendidas
cuando la relación de medios-fin es unívoca. De su obra Mardones y Ursúa (1994)
ofrecen un resumen en los 10 puntos siguientes:
1º. Por “sentido”
se entienden los motivos de la acción humana en hechos objetivos o subjetivos
históricamente dados, que pueden constituirse en tipos ideales.
2º. Hay límites
entre una acción con sentido o comprensible y una conducta no unida a un
sentido. El poder revivir alguna acción es importante para la evidencia de su
comprensión. 3º. Toda interpretación sociológica como en toda ciencia en
general, tiende a la evidencia, sea de carácter racional o lógica o de carácter
endopática o emocional.
4º. Los procesos
y objetos ajenos al sentido entran en el ámbito ocasional o como obstáculo de
la acción humana.
5º. Puede
entenderse por “comprensión” la conducta dada en una acción que permita captar
su sentido o comprender una acción por sus motivos.
6º. “Comprensión”
equivale en todos los casos a interpretar el sentido o conexión de sentido y
toda interpretación persigue la evidencia.
7º. Llamamos
“motivo” a la conexión de sentido que para el actor o el observador le parece
como el fundamento con sentido de una conducta.
8º. Procesos y
regularidades que, por ser incomprensibles en el sentido aquí empleado, no
pueden ser clasificados de hechos o leyes sociológicas, no por ello dejan de
ser importantes. 9º. Las “leyes” como se acostumbra a llamar a muchas
proposiciones de la sociología comprensiva, son denominadas probabilidades
típicas.
10º. Esta
sociología construye conceptos tipo y se afana en encontrar reglas generales
del acaecer, en oposición a disciplinas que se esfuerzan en hacer análisis y
hallar causalidades6.
La ciencia
social -agrega Weber-, es una ciencia de la realidad a la que deseamos
comprender por sus distintas manifestaciones, por su contexto y por sus causas
a fin de averiguar si siempre ha sucedido de la misma manera. Pero somos
conscientes de que por nuestra finitud, únicamente alcanzaremos a conocer una
pequeña parte de ella, la que nos parezca esencial o digna de ser conocida.
Esta selección,
normalmente la haremos con base en la repetición regular de determinadas
conexiones de sentido a las que otorguemos un significado cultural, o bien, por
los valores e ideas del investigador que a su vez determinarán su opinión de
toda una época. De los valores dependerá la identificación de los fenómenos que
se consideren valiosos y sirvan para distinguir lo importante de lo secundario.
2.2 El Lenguaje como Experiencia Hermenéutica
de Hans-George Gadamer
Gadamer,
Hans-George (1977), explicó que también hay comprensión social e interpersonal
en lo científico, a través de una comunicación
lingüística, la que definió como una relación
negociadora acordada entre los sujetos, en donde el punto nodal se centra
en estar de acuerdo con el otro a través
del lenguaje. Aquí, el valor hermenéutico es darle sentido a la
comunicación con base en el lenguaje y en la libertad de acordar, agregando que
comprender e interpretar son la misma
cosa si el mediador en dicho acuerdo
es el lenguaje, para cuyo ejercicio propuso estas siete reglas: 1) Comprender
es ponerse de acuerdo con alguien sobre algo, 2) El lenguaje es el medio
universal para realizar el consenso y comprensión, 3) El diálogo es el modo
concreto para alcanzar la comprensión, 4) Toda comprensión viene a ser una
interpretación, 5) La comprensión se mueve en la dialéctica de preguntas y
respuestas, 6) La dimensión lingüística indica la concreción de la conciencia
en el hecho factual y 7) La proposición esencial es existir en medio del
lenguaje en cuanto que el pasado se actualiza.
El problema
hermenéutico -agrega-, no está en relación con el dominio de una lengua, sino
en el acuerdo sobre el asunto que sucede en medio del lenguaje. En tal sentido,
la conversación es un proceso en el que se busca llegar a un acuerdo. En el que se intenta entender,
opinar y ponerse de acuerdo con el otro
en la cosa (o de lo que hablan). Esto
es, que su opinión y la propia sean entendidas por ambos. Si en una conversación resultan diferencias insuperables, al
menos se puede recurrir a un compromiso.
Para llegar a un
acuerdo en la conversación, debe existir disponibilidad de los interlocutores aun
cuando ambos dialogantes expresen distintos pareceres, pues sopesarán los
argumentos de cada parte y se realizará una transferencia recíproca casi
imperceptible y no arbitraria que conduce finalmente a un acuerdo común, a una
sentencia compartida. Se puede hablar de una conversación hermenéutica cuando
en ella se utiliza un lenguaje común que llevará a la realización del
comprender y llegar a un acuerdo. Es decir, no se requiere un instrumento
especial para el acuerdo. Los horizontes individuales se fusionan al expresar
el tema del que deviene la cosa común a los interlocutores, por ello se afirma:
"La
relación esencial entre lingüisticidad y comprensión se muestra para empezar en
el hecho de que la esencia de la tradición consiste en existir en el medio del
lenguaje, de manera que el objeto
preferente de la interpretación es de naturaleza lingüística”7.
3)
Postura Dialéctico-Crítica
3.1 La Teoría Crítica de Theodore W. Adorno
El planteamiento
esencial de Adorno, T.W. (1961), afirma que la ciencia y su método no
pertenecen al ideal sino a la cosa. Ubica el concepto de totalidad como dialéctica o descripción de las contradicciones
reales de la sociedad, pero no equipara el conocimiento de las cosas naturales
(que es particular) con el de las sociales (que es general). Las
contradicciones -dice-, son reales no aparentes y deben develarse; como el conocimiento sociológico es crítico, dado que
entiende los hechos como reales y entrevé los matices de cómo se genera, por
ello, es importante su refutación. Plantea como procedimiento ubicar el
problema, hallar sus contradicciones y plantear las soluciones que después
puedan ser racionalmente refutadas para llegar a la verdad.
Rechaza la
teoría del ensayo y error de K.R. Popper porque considera que es particular y
su propuesta es de totalidad. La cuestiona también por ser formal y material ya
que accede a la objetividad científica cuando se identifica con las soluciones
y porque su método parte de la cosa
no del investigador. Asimismo, le cuestiona la neutralidad valorativa la que
considera falsa debido a que el investigador está dentro de una sociedad que
tiene una ideología y una falsa conciencia, pero sólo la emancipación de esa falsa conciencia llevará al científico a poder
ver los problemas reales (contradicciones) y plantear su solución.
El método de
Theodore W. Adorno es mucho más amplio que el de K.R. Popper y afirma que el
método no puede permanecer indiferente al objeto y la ciencia no depende del ideal metodológico sino de la cosa. El
conocimiento verdadero sólo se logra -agrega Adornocuando buscamos que responda
a la totalidad, entendida ésta como dialéctica; es decir, como contradicciones reales de la sociedad.
Sin duda, -agrega-, ha sucedido que por nuestro deseo de exactitud hemos
pretendido conocer la sociedad de la misma forma en que hemos deseado conocer
la naturaleza. Nada más que esta propuesta.
Este autor
continúa argumentando que el objeto de la ciencia sociológica no es unánime, ni
sencillo, ni viene integrado de manera neutral al deseo de conveniencia de la
formalización categorial. Al estudiar la realidad, no podemos circunscribir una
contradicción aparente al propio sujeto que estudia el objeto, sino que ésta
puede estar dotada por la propia cosa que no podemos eliminar del mundo por razones
científicas. El conocimiento sociológico es crítico y no simplemente deductivo
o inductivo como lo señalan las teorías desarrolladas por Bacon y Descartes,
las cuales fueron concebidas desde el método y el conocimiento sociológico
eminentemente reside en los matices, porque en la sociedad los hechos no son lo
último, ya que vienen mediados por la sociedad. Por otra parte, la refutación
sólo resulta fructífera como crítica inmanente. Así, desde lejos, todo puede
ser refutable o nada puede serlo. El escepticismo conviene al juego de la
discusión; en cambio, el impulso crítico va unido a la resistencia contra toda
rígida conformidad respecto de la opinión dominante y lo crítico apela a un
pensamiento no fijado, ni cosificado sino lúcido. Para T.W. Adorno la crítica
debe ser inseparable de las soluciones, pues es a través de ella, que éstas
maduran y se integran.
La crítica de
las ciencias sociales no -comenta-, debemos limitarla al método, sino también a
la cosa u objeto dada la íntima relación que experimentan. De hacerse lo
contrario, el método resultaría improductivo. La vía crítica no es meramente
formal, sino también, material y en este caso, la sociología crítica debe
igualmente ser una crítica de la sociedad misma, de otra manera, se limitaría
el progreso.
La cosa está
libre de imperatividad, es algo meramente existente. El juicio que se realiza
sobre la cosa posee espontaneidad subjetiva que depende de la cosa y no se
agota en una irracional decisión subjetiva. Por ello, el problema de los
valores en la sociología ha estado mal planteado. Una sociedad que se diga
libre de valores desatiende a la cosa tanto como aquélla que se remite a unos
valores más o menos establecidos y arbitrariamente estatuidos. No puede
ignorarse la unidad del ser con el deber en la realidad y por ello la única
arma capaz de penetrarla es la crítica
social. Por tanto, el comportamiento neutral resulta imposible no sólo en
su aspecto psicológico sino también en función de la cosa objetivada. Así, la
sociedad se cristaliza gracias a la concepción de una sociedad más justa. Y
ésta no se contrasta frente a un simple valor supuesto sino que surge de la
crítica, de la conciencia de la sociedad, de sus contradicciones y necesidades.
La preeminencia de lo social respecto de lo humano-individual, se explica a
través de la cosa. El carácter contradictorio de la realidad social constituye
la posibilidad de la sociología en cuanto tal, de ahí que T.W. Adorno (1961) a
los investigadores sociales, lo siguiente:
“Únicamente
quien sea capaz de imaginar una sociedad distinta de la existente podrá
convertirla en problema en virtud de lo que no es, ya que se hará patente lo
que es”8.
3.2 La Teoría Analítica de la Ciencia y la
Dialéctica de Jürgen Habermas
Habermas, J.
(1961), es el representante más sobresaliente de la segunda generación de la
Escuela de Frankfurt, defensor de la Teoría
de la Ciencia fundamentada en la dialéctica y la crítica como bases de la
Teoría Crítica, que sustenta la categoría de totalidad, enriquecida con la hermenéutica, la filosofía de la
historia y la Filosofía Crítica orientadas a la emancipación. Las ciencias sociales si bien son de observancia
analítica dice este autor, conocen un concepto de totalidad cuyas teorías son Teorías de Sistemas, de tal suerte que
una teoría general habrá de referirse al sistema social en su conjunto, donde
el acontecer social se concibe como una trama que funciona de manera regular e
interdependiente en la realidad. El hecho de que las relaciones del sistema se
repliquen bajo el modelo matemático, no altera en nada su carácter cualitativo.
La Teoría
Analítica estudia también las ciencias históricas, pero en este caso, su meta
es la explicación de acontecimientos
individuales. Los historiadores suelen apoyarse en leyes triviales y en reglas
empíricas de la psicología y la sociología para hipotetizar sobre un
acontecimiento. Las causas históricas se explican de manera lógica pero sus
hipótesis hacen referencia a reglas de la experiencia cotidiana propuestas de
manera programática ante un acontecimiento. Asimismo, cuando en lugar de
estudiar enunciados hipotéticos específicos, el historiador elige estudiar
enunciados hipotéticos generales que puedan transformarse en leyes, entonces
hace el papel del sociólogo porque las condiciones en las que se basa la
historia son más concretas, de ahí que la historia no posea leyes generales
sino específicas y considere siempre los fenómenos particulares respecto de la
totalidad.
Asimismo, para
Habermas, J., el método dialéctico es
el resultado del método de la comprensión (hermenéutica) y del procedimiento
objetivante de la ciencia (causa-analítica) y la crítica, en donde cada uno
tiene sus derechos. La relación entre ciencia y praxis reside en una estricta
diferenciación entre hechos y decisiones porque una cosa es la evidencia de los
hechos y otra el sentido que se le otorgue para actuar. Existe una
correspondencia entre hechos y decisiones por una parte el conocer y valorar
por la otra.
No se puede
predecir cómo cada científico valorará determinado hecho social o histórico,
porque sus juicios de valor no pueden asumir legítimamente la forma de
enunciados teoréticos; es decir, no existen leyes para valorarlos o como dice
Habermas:
“Los problemas
prácticos o las cuestiones y preguntas acerca del sentido de las normas son
científicamente indecibles; los juicios de valor jamás pueden asumir
legítimamente la forma de enunciados teoréticos, ni pueden ser puestos en
relación de necesidad lógica con éstos”9.
Esquemas de representación
A continuación,
se agregan tres figuras que esquematizan o sintetizan los contenidos y fines de
cada una de las posturas epistemológicas. Se agregan con la intención de
apoyarles en la clarificación sobre el tipo de práctica o rol social que asumen
frente a sus orientandos.
Un Orientador
educativo cuyo interés cognoscitivo esté centrado en los procedimientos e
instrumentos de trabajo, sin pretenderlo, controlará y someterá a su
consultante, porque el canon de las ciencias normativas así lo requieren: cuidar
la validez y confiabilidad, el control, antes que la necesidad del sujeto (ver
postura 1). En tanto, el Orientador educativo preocupado por atender los
sentimientos, anhelos y expectativas de su consultante, se centra en él y sus
necesidades, más que en los instrumentos de trabajo (ver postura 2). Por
último, el Orientador educativo ocupado en la crítica social o del entorno
inmediato (amigos, familia, docentes, escuela, comunidad), la usa como
herramienta de trabajo cotidiano, cuyo interés cognoscitivo pudiera ser el
develar los conflictos del sujeto (sin embargo, habría que evitar la proyección
inconsciente de sus propios conflictos), lo que llevaría a resultados más
alienantes que emancipadores (ver postura 3).
¿Qué es lo
recomendable? Conocer a fondo la génesis y estructura de las tras posturas
epistemológicas y aplicarlas según lo requiera el sujeto consultante, pero
siempre estar consciente del interés cognoscitivo que se persigue y no hacerlo
de manera inconsciente, desinformada…
Dr. José Nava Ortiz P.D.- Se anexa documento base de este resumen.
[1] Fundador, Ex-Presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales de la
Orientación (AMPO). Actualmente integrante de su Consejo Asesor y Representante
de México ante la RELAPRO.
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