domingo, 24 de abril de 2022

EL PAPEL DE LA RESILIENCIA EN LOS PROCESOS DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL, PROFESIONAL Y SOCIO-OCUPACIONAL

 EL PAPEL DE LA RESILIENCIA EN LOS PROCESOS DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL, PROFESIONAL Y SOCIO-OCUPACIONAL

 

Diana Marcela Méndez Gómez[1]

 

En una época tan compleja como esta de globalización en todo su furor: pérdidas de empleos y de puestos de empleos, cierre de negocios y empresas, crisis económicas y políticas en la mayoría de países del mundo y aumento en los niveles de desinformación e infoxicación en donde la única constante es el cambio cabe preguntarnos ¿qué papel juega la resiliencia en los procesos de orientación vocacional, profesional y socio-ocupacional?.

 

En primer lugar se asume la resiliencia como esa capacidad que tenemos particularmente los seres humanos de superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, una enfermedad terminal, un desastre natural, una pandemia. En suma como esa capacidad que nos permite superar el dolor y potenciar la felicidad. También se le puede asumir como la capacidad de adaptarse a situaciones no conocidas y esta situación a nivel mundial de permanente cambio de la cual nos hizo consciente tanto la globalización como la pandemia por Cov-19, pone en evidencia una serie de reflexiones en términos de preguntas en clave del tema que nos convoca de Orientación Vocacional, Profesional y Socio-Ocupacional y cuyo primer llamado es a realizar un consenso en torno a cada uno de estos conceptos.

 

En concordancia, las transformaciones a la familia, las instituciones religiosas y políticas y por supuesto la escuela, nos invitan a pensarla en clave de enfoque visionario sin pretender ser los primeros en predecir el futuro con exactitud. En ese sentido, cabe preguntarse aquello que filósofos como Harari (2018: p.285) pusieron en la mesa del debate y que tienen total relación con el tema que nos convoca en esta semana Latinoamericana de la Orientación. La primera tiene que ver con ¿qué tenemos que enseñarle a un niño o niña que ha nacido en 2018 que le ayude a sobrevivir y a prosperar en el mundo de 2050 o del siglo XXII? ¿Qué tipo de habilidades necesitará para conseguir trabajo, comprender lo que ocurre a su alrededor y orientarse en el laberinto de la vida?, la misma pregunta aplicaría para el caso de los orientadores en torno al tema de la OV ¿qué herramientas, habilidades, capacidades, competencias y actitudes es necesario que desarrolle el orientador para responder a los retos y desafíos en la sociedad de la incertidumbre?

 

No en vano los organismos internacionales se presentaban preocupados por el aumento de jóvenes en nuestros países sin unas opciones reales de acceso a la educación superior o al mundo de la ocupación y del trabajo en lo que se ha denominado como la generación nini (ni estudian, ni trabajan), estrategias como la articulación de la educación media con la educación superior, la vinculación para el caso colombiano de entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA- y otras instituciones de corte universitario en los procesos desarrollados en las Instituciones Educativas Distritales –IED- se mostraron como la alternativa y la panacea ante la desaparición de los Institutos Nacionales de Educación Media –INEM- y los Centros Educativos Diversificados Distritales –CEDID, en donde se contaba con un equipo interdisciplinario para realizar los procesos de OV, OP y OSO, desde los primeros años de educación básica secundaria.

 

Sin embargo, la realidad ha demostrado que esto es insuficiente en una ciudad como Bogotá en donde cada vez se agrandan las brechas de desigualdad entre la población y se continua con un aumento desorganizado y sin planeación que aumenta las cifras de residentes ya no solo por el tema de la violencia interna sino por el tema de la recepción de población venezolana en un éxodo sin precedentes.

 

Hoy tenemos en la realidad más allá de lo que durante muchos años nos plantearon las películas de ficción, nos encontramos ante una realidad donde la tecnología permite modificar cuerpos, cerebros y mentes aumentando la inseguridad e incertidumbre, reduciendo las acciones de beneficio incluso de los denominados países de bienestar. Hoy la incertidumbre esta tan marcada que no podemos ni siquiera imaginarnos cómo será la humanidad en 2050.

 

Todo este tipo de situaciones pone a los Orientadores en un constante proceso de aprender y desaprender en donde para poder ejercer la función principal de orientar y brindar herramientas debe iniciar el proceso por si mismo. En ese sentido se hace relevante hoy más que siempre acciones de tipo cooperativo, el fortalecimiento de alianzas, el desarrollo de habilidades comunicativas, de creación colectiva del conocimiento y de trabajo en equipo sin las cuales difícilmente podríamos sobrevivir en términos de función. De allí que los primeros llamados a desarrollar la resiliencia como esa capacidad de sobreponernos hemos de ser nosotros, en principio porque “nadie puede dar lo que no tiene” y porque toda transformación debe iniciar por nosotros mismos.

 

En otras palabras ¿cómo podríamos ayudar/apoyar a los estudiantes a que se quiten la paja de sus ojos si nosotros no hemos avanzado en el proceso de quitarnos la viga de los nuestros?

 

 

 

Bibliografía Consultada

 

Harari, N. (2018). 21 lecciones para el siglo XXI. Penguin Random House. Grupo Editorial. Traducción de Joandomènec Ros.

Méndez, D. y Rodríguez, A. (2013). Experiencia Pilotaje Orientación Vocacional y Profesional “La Pregunta es el Camino” Colegio Cedid San Palo Bosa. En: Revista Orientación y Desarrollo Humano (Investigación Social y Pedagógica). Bogotá, Colombia. Abako Editorial.  pp. 62-68.

Méndez, D. (2020). Orientación Vocacional en Tiempos de Ruido. En: Revista Latinoamericana de Orientación y Desarrollo Humano.  Red Latinoamericana de Profesionales en Orientación RELAPRO. Recuperado de: http://revistaorientaccion.blogspot.com/2021/03/orientacion-vocacional-en-tiempos-de.html

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica     para América Latina (CEPAL) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) (2017). Perspectivas económicas de América Latina: Juventud, competencias y emprendimiento. Recuperado de: https://www.oecd.org/dev/americas/E-book_LEO2017_SP.pdf

 

 



[1] Tesista de Doctorado en Ciencias de la Educación, Universidad Cuauhtémoc. Magister en Docencia, Universidad de La Salle. Especialista en Alta Gerencia del Talento Humano, Universidad Central. Trabajadora Social, Universidad Nacional de Colombia. Miembro de RELAPRO. Actualmente se desempeña como Directiva Coordinadora en Colegio Paulo VI IED de la localidad de Kennedy en Bogotá, Colombia. demarcem@gmail.com

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