La
orientación educativa en secundarias de la CDMX a punto de ser considerada
obsoleta e innecesaria para los estudiantes entre las edades de 12 y 15 años.
Desde
1952, la orientación educativa ha tenido presencia como un servicio dentro de
las escuelas secundarias desde el Departamento de Orientación Educativa y
Vocacional, atendiendo a los estudiantes en tres áreas: pedagógica,
psico-afectiva social y vocacional para el trabajo.
El
estudiante durante su estancia en la secundaria es atendido por profesionales
de la orientación, siendo en su mayoría psicólogos educativos y pedagogos,
quienes brindan un acompañamiento día a día en la resolución de conflictos, problemas
de aprendizaje y apoyo en la elaboración de un proyecto de vida, que consiste
en orientarlos en una de sus primeras decisiones más importantes de su vida,
elegir su bachillerato y lograr la transición al nivel medio superior.
Los
orientadores educativos a su vez, han sido los mediadores entre padres de
familia, maestros y estudiantes, ¿quién no recuerda alguna vez haber estado con
el orientador/ la orientadora para pedir ayuda o haber asistido a una sesión de
la Escuela para Padres?
Sin
embargo, esto está a punto de desaparecer, desde el año 2014 no se ha
contratado a ningún orientador y solo los pocos orientadores que quedan
prácticamente serían los últimos en brindar este servicio.
La
causa radica en las Reformas Educativas que en el país se realizaron en los
años 2013 con la Ley General del Servicio Profesional Docente quien se encargó
de desconocer la figura del orientador educativo y lo desplazó de la estructura
organizacional de la secundaria y en 2019 con la Ley General Del Sistema Para
La Carrera De Las Maestras Y Los Maestros se excluye al orientador para la
admisión y promoción por no ser considerado docente.
Actualmente existen 300 escuelas secundarias
en la CDMX en donde se estima que al menos debería haber un orientador por
escuela, no obstante, se conoce que hay escuelas en donde esta figura
simplemente ya no existe y quienes la tienen requieren atender solos a toda la
población estudiantil (entre 300 a 700 estudiantes por escuela si bien les va).
Además,
los docentes afirman no estar especializados en la atención de adolescentes en
sus diversas necesidades como son las socioemocionales, los directivos
reconocen la necesidad de este servicio, los padres y madres de familia junto
con sus hijos requieren la orientación ante situaciones de riesgo que se
presentan (adicciones, embarazos adolescentes, violencia intrafamiliar, abuso
sexual, bullying, sexting, uso inadecuado de redes sociales entre muchas
otras).
Por ello, las escuelas requieren de servicios
de apoyo especializado dentro de las mismas, por eso la razón de ser de figuras
como el orientador educativo, trabajadores sociales, médicos escolares,
maestros especialistas, justamente para promover el desarrollo integral de los
estudiantes y así promover factores protectores en la comunidad educativa.
Lamentable
pensar que la desaparición de la orientación educativa puede estar sucediendo
en todas las secundarias del país, en donde se estima a 6 millones 835 mil 245 estudiantes en este nivel según últimas
cifras dadas por el INEGI en 2017.
¿Qué nos espera?
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