INTRODUCCIÓN José Nava Ortiz
Se aborda el
tema de la Epistemología de la Orientación Educativa en México, con el
propósito de ayudar a los orientadores educativos a reconocer las bases filosóficas, ideológicas y teóricas con que los
individuos pueden formar sus conceptos de vida, ya que del modo como se percibe
la realidad, se procede a actuar sobre ella, así como a eligir los
procedimientos e instrumentos de acción, olvidando que se puede basar en una falsa conciencia de la realidad, según
los fines de quienes la manipulan.
Otros motivos
para continuar la fundamentación epistemológica, pueden resumirse en las
condiciones que vive el país producto de factores como: a) El modelo económico neoliberal adoptado que
ha obnubilado nuestra conciencia histórica y proyecto de nación, al igual que
los acontecimientos sociales experimentados en los últimos años, b) Un sistema educativo nacional endeble,
caracterizado por un mínimo impacto social de la escuela y los demás agentes
educativos como la familia y la iglesia, los que han contribuido muy poco a
formar en las nuevas generaciones una conducta ética y moral, lo mismo que
opiniones, actitudes, conocimientos y valores para una vida comunitaria y de
trabajo solidario. Situación que se refleja dramáticamente en el surgimiento de
conductas aberrantes expresadas en los robos, crímenes, narcotráfico,
violaciones y afán de poder como símbolos modernos de la existencia humana. Esta
falsa conciencia de los fines humanos
tiene su origen en una pobre educación transmitida por la escuela a las nuevas
generaciones y explotada por los medios masivos de comunicación y c) El estado de crisis total, producto
principalmente de la corrupción y las pugnas suscitadas entre los partidos
políticos, el gobierno y la empresa, cuyas repercusiones más notorias después
de la recesión económica y el desempleo, son el profundo escepticismo de la
juventud y la sociedad en general hacia la solidez moral de las instituciones
sociales para considerarlas como modelos en sus sus proyectos de vida.
Fenómenos ante los cuales la Orientación Educativa no puede permanecer ajena;
de ahí que se propongan estas bases epistemológicas como métodos emergentes para que los orientadores educativos contribuyan
a restituir en los orientandos la ética y moral perdidas, así como a develar la
falsa conciencia transmitida por los
grandes consorcios de la comunicación comercial, además de estimular a la
sociedad para que participen en cruzadas de reconstrucción nacional que
contribuyan a redefinir la identidad y proyecto de nación en el marco de la
modernidad hacia donde se dirige el país. Según P. Thuillier (1975), la
Epistemología o teoría del conocimiento, es la ciencia de la ciencia más
antigua, cuyo fin es estudiar la génesis y
estructura de las ciencias desde un
punto de vista lógico, histórico y sociológico (1). Una forma de conocer la
Epistemología es, mediante el estudio de las categorías de análisis propuestas
por Hans George Gadamer y Jürgen Habermas y que Mardones y Ursúa (1994)
denominan en su obra como posturas: a) Empírico-Analítica,
b) Fenomenológico-Hermenéutica y c) Dialéctico-Crítica (2). Estas tres
posturas filosóficas se complementan con tres enfoques ideológicos que Teresita
Bilbao llamó: a) Científico, c) Clínico y c) Desarrollista. Asimismo,
se incluyen en estas bases tres modelos teóricos propuesto en el Documento Base
como: a) Pedagógico, b) Psicológico y c) Socioeconómico (3).
Esta tríada
compuesta por la filosofía, la ideología y la ciencia, son los tres elementos
que constituyen las bases epistemológicas de la nueva Orientación Educativa en
México centrada en el desarrollo del factor humano.
MARCO GENERAL DE LA EPISTEMOLOGIA
Conceptos
Generales
La Epistemología
es sencilla de grabarse, pero también fácil de olvidarse o confundirse con
otros conceptos filosóficos y científicos precisamente porque éstos son su
objeto de estudio. La Epistemología, es la filosofía de la ciencia que estudia
la génesis y estructura de las ciencias. La génesis
puede abarcar tanto al contexto histórico, biológico, social e ideológico donde
se gesta el conocimiento y la estructura
los elementos constitutivos o esenciales del conocimiento; de ahí que la
Epistemología se use lo mismo para designar una teoría general del
conocimiento, como también para indicar estudios pormenorizados sobre la
génesis y estructura de las ciencias naturales o sociales.
Sin embargo,
debe advertirse que la Epistemología no es un sistema a priori, ni dogmático que pretenda dictar cómo debe ser el
conocimiento filosófico, científico o social. Aunque dicha tentación es propia
de los filósofos, algunos de los cuales han intentado hacer esto que no se debe
hacer. Hegel por ejemplo, al cuestionar el concepto de luz a Malus llegó a
juzgar en su obra Filosofía de la
naturaleza que sólo se trataba de “un nuevo galimatías metafísico”. Lo
mismo le sucedió a Augusto Comte, quien creyó necesario excluir la astrofísica
de la astronomía y oponerse al empleo de las matemáticas en la química,
enfrentando así las proporciones definidas por Proust, lo que se constituyó en
un obstáculo ideológico para las investigaciones experimentales. Debe
quedar claro que los epistemólogos no han de luchar contra los científicos en
su terreno; tampoco es su papel imponerles determinados métodos, ni mucho menos
algún tipo de resultados. De ahí que P. Thuillier proponga el siguiente
concepto:
La epistemología es el estudio de la producción de conocimientos
científicos bajo sus aspectos lógicos,
lingüísticos, históricos e ideológicos (4).
Así, el epistemólogo analiza la noción de “explicación
científica” y reconoce que pueden haber distintas modalidades de “explicación”
según las diversas disciplinas. Asimismo, no establece a priori juicios sobre si el conocimiento del físico funciona
igual al del paleontólogo o del biólogo, ya que son precisamente esas
diferencias o similitudes las que forman parte de su objeto de estudio. También
podrá preguntarse sobre los usos (implícitos o explícitos) de las nociones de
“ley”, “teoría”, “observación”, “experimentación”, “verificación” etc., y sobre
las relaciones que puedan existir entre ciencia y sociedad, ciencia e
instituciones, ciencia y religión, utilizando para ello enfoques y métodos
provenientes de diversas disciplinas ya que toma prestados conceptos tanto de
la filosofía, como de la lógica, la lingüística, la historia, la sociología, la
psicología, etc. La Epistemología tampoco pretende reemplazar ni repetir lo que
la ciencia dice, sino explicar su génesis, estructura, presupuestos, propósitos
e ideología, así como hacer consciente al científico y a la sociedad del uso y
posible impacto. El surgimiento de la Epistemología como disciplina de estudio,
se sitúa en el tiempo que el hombre indagó sobre el estatuto de la ciencia; es
decir, cuando se preguntó: ¿qué es ciencia?, ¿qué usos tiene?. Preocupación que
se agravó con el surgimiento de las ciencias sociales y su “validez”, o como lo
señalan Mardones y Ursúa (1994):
“Desde
la aparición de las diversas disciplinas que se acogen al sobrenombre del
espíritu, humanas o sociales (Historia,
Psicología, Sociología, Economía, Derecho, Pedagogía) se ha desatado la polémica sobre su estatuto de
cientificidad” (5).
Origen Aristotélico
Fue durante el siglo XIX en que se hizo evidente que la
sociedad y la vida de los hombres con sus múltiples relaciones no eran ni
claras, ni dadas de una vez por todas. De ahí que el pensamiento entrara en
crisis y surgiera la reflexión como un mecanismo estabilizador pero dependiente
siempre del concepto de ciencia utilizado. De este hecho parten Mardones y
Ursúa para delimitar las tres posturas filosóficas de la Epistemología que nos
proponen, cuyos antecedentes más remotos sobre las características y validez
del conocimiento científico y sus propósitos se encuentran en los métodos
aristotélico y galileico de la ciencia, como a continuación se explican. Los
planteamientos que debe satisfacer una explicación que pretenda ser científica
según Aritóteles (384-322 a.C.) son entre otros, que la ciencia se inicia allí
donde el hombre se percata de la existencia de algún fenómeno (por medio de la
observación) y luego logre dar razones de esos fenómenos (mediante su comprensión).
El poder “dar razones”, es lo característico del pensamiento aristotélico de la
ciencia, consistente en una progresión inductiva que parte de la observación de
los hechos y busca llegar a la generalización o principios explicativos, los
cuales son inferidos por enunciación simple o por inducción directa acerca de
las propiedades del género y especie. Este método de explicar se denomina inductivo. Para Aristóteles, existió un
segundo momento o método denominado deducción,
consistente en derivar enunciados de los fenómenos analizados a partir de
premisas que incluyesen principios de relación causal. Construyó de esta forma
el silogismo universal, el cual establece que de dos premisas verdaderas,
siempre se obtiene una conclusión verdadera. Halló también que los fenómenos
científicos tienen cuatro causas: la causa formal, la causa material, la causa
eficiente y la causa final, denominada ahora teleológica o con propósitos (6).
Aportación Galileana
En el siglo XVI, durante el Renacimiento tardío y la época
del barroco, las condiciones sociales y culturales estaban maduras para que
aconteciera el “giro copernicano” en la ciencia. Es decir, dejar de mirar el
universo como un conjunto de substancias con sus propiedades y poderes (como en
la época griega), para verlo como un flujo de acontecimientos que suceden según
leyes. A esta visión contribuyó Galileo Galilei (1564-1642), quien explicó el
mundo ya no con una visión metafísica y finalista, sino funcional y
mecanicista. Los ojos de la ciencia moderna no se posaron ya en el mundo sino
en el hombre y el control de la naturaleza como fines últimos. Por tal razón,
el hombre cosificó y redujo a objetos de utilidad práctica los fenómenos de la
ciencia. Este interés pragmático, dejó de preguntarse el “por qué” y “para qué”
últimos, para ir al “cómo” inmediato y práctico de los fenómenos y sus
consecuencias. La centuria que va de 1543 cuando apareció la obra de Copérnico De revolutionibus orbium coelestium, a
1638 cuando surgió el Discorsi de
Galileo, dio paso a un método científico con nuevos requisitos por cumplir con
los llamados fenómenos científicos; labor a la que contribuyeron los humanistas como Grosseteste (1168-153),
Roger Bacon (1214-1292), Duns Scoto (1265-1308), Guillermo de Occam (1280-1349)
y Nicolas d’Austrecourt (1300-1350), quienes recuperaron la tradición
pitagórico-platónica y virtieron en el pensamiento occidental la creencia de
que el libro de la naturaleza estaba escrito en lenguaje matemático y que para
descubrirlo no se requería conocer la substancia, sino las leyes matemáticas
que desvelaran la estructura real del mundo físico. A esta concepción se fue
agregando durante el siglo XIII el incipiente pensamiento burgués surgido en
las ciudades italianas que comerciaban con Oriente, consistente en la
propensión a ver los hechos concretos y el orden, lo que denominaban “ir a lo
positivo” o útil y práctico (7).
Positivismo contra Hermenéutica
El estudio del hombre, de su historia, su lengua, usos e
instituciones surgió intensamente en el siglo XIX gracias a los trabajos de
Ranke y Mommsen en Historia; W. van Humboldt, R. Rask y J. Grimm en Lingüística
y Filosofía, Tylor en Antropología Social; Saint-Simon, Augusto Comte y Herbert
Spencer en Sociología, Karl Marx en Economía y Sigmund Freud en Psicoanálisis,
quienes sólo respondieron a las crisis sufridas por Europa durante la
Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Acontecimientos que
evidenciaron la ignorancia teórica sobre los modos de organización social y los
métodos para comprenderla. El estado crítico en que se hallaron los hombres de
ciencia los forzó a buscar una nueva reordenación social y restablecer el
equilibrio perdido, para lo cual hicieron uso de la conciencia y sus herramientas
de intervención como la filosofía, la ciencia y la técnica. En este tiempo, la
ciencia natural se hallaba asentada fuertemente sobre los pilares de la tradición
galileana y una ciencia social con grandes logros y pretensiones científicas.
“Resultó natural dice -G. Henrik von Wright- que una de la principales
cuestiones de la metodología y filosofía de la ciencia del siglo XIX fuera la
concerniente a la relación entre estas dos importantes ramas de la
investigación empírica” (8).
Para entonces, la postura más destacada de ese tiempo fue
la filosofía de la ciencia del positivismo
decimonónico, representada típicamente por Augusto Comte y John Stuart
Mill, la que debido a su trascendencia se le sigue identificando ahora con su
mismo nombre y se asocian a ella grandes personajes de la ciencia desde David
Hume, hasta Karl R. Popper. El positivismo
decimonónico puede resumirse en cuatro aspectos esbozados por el propio
Comte: 1o. El monismo
metodológico que busca la unidad del método y la homogeneidad de las
teorías. 2o. El modelo o canon de
la Ciencias Naturales que pretende aplicar el método físico-matemático a
todas las ciencias; 3o. La explicación causal
o Erklären, consistente en establecer la explicación como método fundamental de las ciencias y 4o. La teleología de la ciencia la cual
considera que el fin último de la ciencia es el control y dominio de la
naturaleza, afán que cosifica y
reduce todo a objeto, lo que Adorno y Habermas denominan la razón instrumental.
Frente a la filosofía positivista de la ciencia se fue fraguando sobre todo en
Alemania, una tendencia anti-positivista de la ciencia denominada metodología hermenéutica atendiendo a
los rasgos no “objetivos” de la conducta humana. Entre las figuras más
destacadas de este movimiento se encuentran Droysen, Dilthey, Simmel y Max
Weber y los neokantianos de la Escuela de Baden (que estudió los valores),
entre ellos Windelband y Rickert. Fuera de Alemania participaron en el
movimiento hermenéutico Croce en Italia y Collingood en Inglaterra; unificados
todos ellos por su oposición a la filosofía positivista, quienes rechazaron lo
mismo el monismo metodológico que el método físico-matemático como canon de las
ciencias, la predicción y explicación causal y el control de la naturaleza como
fin o razón instrumental del conocimiento científico. Con Droysen, la propuesta
de los hermeneutas fue dirigir la filosofía de la ciencia o Epistemología hacia
el desarrollo del método comprensivo de los sentimientos humanos,
a fin de que “la manifestación de lo singular fuera comprendida como una
manifestación o expresión de lo interno en cuanto que se retrotrae de lo
interior” (9).
Fue todavía más enfático al rescatar los aspectos
psicológicos y afectivos (o subjetivos del hombre) enajenados por la ciencia
positiva cuando dijo:
“el ser
humano expresa su interioridad mediante manifestaciones sensibles y toda
expresión humana sensible, refleja su interioridad. No captar, por tanto, una
manifestación, conducta, hecho histórico o social de esa dimensión interna,
equivale a no comprenderla” (10).
Droysen también fue el primer filósofo en utilizar la
distinción entre explicación
(Erklären) y comprensión (Verstehen),
cuando tuvo necesidad de fundamentar el método de la historia, dirigido a
comprender en contraposición del describir de la ciencias físico-matemáticas y
al de conocer (Erkennen) de la filosofía y la tecnología. Desde entonces, el
término Verstehen: comprender, viene
a representar la concepción metodológica propia de las ciencias humanas, del
espíritu o sociales. El método comprensivo ha adquirido con el tiempo
una rica variedad de interpretaciones y aplicaciones. Así, para Simmel la
comprensión tiene una resonancia psicológica, interpretándola como empatía o identificación afectivo-mental
que unifica la atmósfera espiritual, los sentimientos, los motivos, los valores
y los pensamientos entre dos o más personas cuando se reúnen. Para Dilthey,
significa la pertenencia del investigador a la realidad investigada, al
universo histórico, al mundo cultural del hombre. Windelband, por su parte,
afirma que lo importante es comprender que nos encontramos cada día en el mundo
de las ciencias sociales frente a hechos singulares e irrepetibles, cuya
variedad nos ayuda a captar la comprensión, mientras que el método lógico o de las ciencias
fisico-matemáticas se enfrenta diariamente con fenómenos repetidos
uniformemente. El calificó de “nomotéticas” a las ciencias que persiguen leyes,
e “ideográficas”, a las dedicadas a comprender las peculiaridades individuales
y únicas de los objetos. Max Weber siguiendo a Rickert, insistirá en que la
comprensión representa una relación de valor, lo que significa que algunos
objetos se nos presenten más relevantes que otros. El último Dilthey agregará
más adelante guiándose en Hegel, que la comprensión no es sólo un conocimiento
psicológico, sino la comprensión del “espíritu objetivo” en cuanto a
objetivación sensible e histórica de las realizaciones de la cultura humana
(11).
Racionalismo Crítico contra Teoría Crítica
Por una serie de azares, la lógica aristotélica se vinculó
al positivismo y dio como resultado en los años 20’s el surgimiento de una
corriente de pensamiento denominada con muy diversos nombres tales como:
positivismo lógico, movimiento de unidad de la ciencia, análisis lingüístico,
análisis formal, análisis informal, filosofía analítica o humanismo científico A este movimiento pertenecieron
pensadores como Bertrand Russell, el primer L. Wittgenstein y los representantes
del Círculo de Viena entre ellos R. Carnap, O. Neurath y Karl Popper. Lo típico
de este movimiento fue afirmar que únicamente los enunciados sometidos a la
Lógica y a la verificación empírica, podían ser calificados como científicos.
Lo científico por lo tanto, era todo aquello que hubiera sido validado por un
análisis del método lógico-matemático y la verificación empírica. El gran
objetivo de este tipo de enfoque, fue expresado por el representante más
insigne del Círculo de Viena R. Carnap, quien señalaba que el fin era:
reconstruir racionalmente todos los enunciados posibles de la ciencia unitaria
y universal lógicamente trabada; por lo cual se propuso a) Superar la
pseudociencia especialmente la Metafísica, mediante el análisis lógico de los
enunciados científicos dándoles exactitud, precisión y formalización y b)
Verificar y comprobar empíricamente todo enunciando considerado científico. La
moderna teoría de la ciencia fue influida fuertemente por dichas ideas, aunque
pronto se vieron sus aporías (contradicciones) en que cayó, al creer que con un
análisis lógico de la estructura lingüística de los enunciados se superaría la
dicotomía objetividadsubjetividad. Gravísimo fue también aplicar a los
enunciados de manera estricta el principio de verificación ya que llegó el
momento en que ningún enunciado resistía tal revisión, lo que abría el riesgo
de invalidar la ciencia establecida o legal, como lo señaló Popper; aunque de
hecho, los filósofos del positivismo lógico se ocuparon casi exclusivamente de
las cuestiones relativas a los fundamentos de las Matemáticas y Ciencias
Naturales, sólo O. Neurath junto con R. Carnap intentaron fundamentar la
Sociología desde este tipo de supuestos.
Falsacionismo Popperiano
Uno de los resultados de este movimiento fue rechazar las
exigencias del método del Verstehen,
dejándolo reducido a un elemento externo dentro del proceso científico. Fue
Karl R. Popper identificado con la corriente positivista, quien como crítico
del Círculo de Viena prestó atención
a la problemática de las ciencias sociales, a partir de cuyo momento la
filosofía analítica entró en el debate del positivismo-antipositivismo. Fue
precisamente en 1934 después de publicar su obra: Lógica de la investigación cuando arremetió contra el positivismo al analizar sus reglas de
obtención de hipótesis y de las teorías científicas, con lo que constituyó los
fundamentos del método filosófico conocido como Racionalismo Crítico o Criticismo
Racional. Popper mostró a los representantes del Círculo de Viena, que su verificación
estaba ligada a un dogma empirista que no se podía sostener como certeza
última proporcionada por la percepción de los sentidos. Afirmar que los
enunciados de la ciencia tuvieran una fundamentación última exenta de toda
ulterior crítica, equivalía a sostener un dogma de fe, lo que desembocaba en lo
que se denomina el Trilema de
Münchhausen. Por esta razón dijo Popper, que los enunciados científicos
habría que entenderlos como esbozos arbitrarios que sólo tienen un valor
conjetural e hipotético que necesitan de una comprobación ulterior y puesto que
no se puede utilizar la verificación total propuso el método de falsación, el cual establece que al no poder verificar
todos los casos de una afirmación se comprueban sólo aquellos que la
contradigan. Por ejemplo, en el enunciado “todos los cisnes son blancos”, sólo
se comprobará “si algún cisne no es blanco”. Con la propuesta de Popper toda la
ciencia dejó de ser un saber absolutamente seguro para ser únicamente
conjetural, hipotético y provisional. Dejó de utilizarse el camino inductivo para ser deductivo, estableciendo en la ciencia lo que se denomina convencionalismo crítico. Es decir, el que se apoya en la fuerza crítica
de la razón a la que considera deben someterse todas las ciencias incluyendo
las Ciencias Sociales, propiciando con ello nuevamente un tipo de monismo metodológico basado en un esquema lógico-matemático (12).
Frente a la postura del racionalista de Popper, se alzaron
los representantes de la Escuela de
Frankfurt, un Instituto de Investigación Social anexo a la Universidad de
Frankfurt, cuyo promotor principal hacia 1946 fue Max Horkheimer y junto con él
trabajaron y modelaron las ideas de lo que se denominaría posteriormente como
la Teoría Crítica de la sociedad. En ella participaron en su primera
generación Max Horkheimer, Theodore W. Adorno, Herbert Marcuse, Eric Fromm, E.
Löventhal y H. Polloch, quienes siguiendo la línea hegeliana-marxista y un
tanto freudiana, buscaron analizar la sociedad occidental capitalista a fin de
propiciar una teoría que posibilitara a la sociedad oponer a la razón instrumental de la ciencia, una razón emancipadora. Esta posición se contrapuso de origen a la tradición
positivista y aunque no todos sus representantes mantuvieron dicha postura
hasta su muerte la mayoría lo hizo, lo que quedó de manifiesto en 1961 durante
la realización del Congreso de la Sociedad Alemana de Sociología. En esta
ocasión, se confrontaron dos posturas epistemológicas, la del Racionalismo Crítico sustentado por Karl
R. Popper y la Teoría Crítica
sustentada por Theodore W. Adorno. Polémica que fue proseguida por los
discípulos de la nueva generación de ambas posturas Hans Albert continuador de
Popper y Jürgen Habermas como continuador de Adorno. La Teoría Crítica como lo señaló Horkheimer no niega la observación de
la ciencia positiva, sólo señala que el positivista no advierte que su ver, su
percibir, etc., está mediado por la sociedad burguesa capitalista en la que
vive, lo que le condena a percibir
apariencias; tampoco rechaza la necesidad de atender a los “hechos
positivos” o concretos de la realidad como objeto de estudio tal como lo
sustenta el científico lógico, sino que se niega a elevarlos a la categoría de realidad por antonomasia (13).
CORRIENTES
FILOSOFICAS
Conceptos Generales
Hablar de las corrientes
filosóficas de la Orientación Educativa en México, es incursionar como ya
se dijo en un campo del conocimiento escasamente documentado no sólo por las
instituciones formadoras, sino también por los propios teóricos de la
orientación educativa que laboran en el sistema educativo nacional, fenómeno
que tiene su origen entre otras causas, en la inexistencia de la Licenciatura en Orientación Educativa, la
cual junto con los posgrados
existentes, constituirían espacios curriculares de promoción de la
investigación filosófica, científica y social de esta disciplina, en los cuales
el orientador educativo hubiera logrado una formación integral de su perfil
académico y funciones sociales, ahora que más lo exige el carácter curricular
de esta disciplina. De ahí la necesidad de impulsar propuestas como la presente
que pretenden apoyar al orientador educativo en la delimitación de un marco
epistemológico que le permita develar
la estructura y fines del saber generado en el entorno, así como apoyar a los
orientandos para interpretar el
sentido y fines de su vida y de los mandatos de la sociedad tales como la
calidad, la productividad y la competitividad, que se ofrecen como la panacea
del desarrollo. Por ello, es conveniente utilizar la filosofía como un marco
general del pensamiento, mediante el cual la conciencia determine su concepto
de realidad, de prioridades, de métodos y propósitos. Los enfoques y métodos de
las corrientes filosóficas provienen de las ciencias naturales como la Física,
Química, Matemáticas, Biología; asimismo, de las ciencias sociales como la
Psicología, Sociología, Pedagogía, Antropología e Historia y sus postulados se
extrapolan al campo de la Orientación Educativa con las reservas y limitaciones
propias de este ejercicio preliminar. Las corrientes filosóficas que se abordan
en esta propuesta son denominadas por J. M. Mardones y N. Ursúa (1994) con el
nombre de posturas: a) Empírico-Analítica, b) Fenomenológico-Hermenéutica y c) Crítico-Dialéctica, cuyos
representantes más notables se resumen a continuación.
Postura Empírico Analítica
• El
Racionalismo Crítico de Karl R. Popper
Este autor sostiene como punto de partida la unidad del
método científico a través de la falsación. Es decir, equipara el planteamiento
de la metodología de las ciencias naturales con el de las ciencias sociales,
donde la observación implica encontrar por el mismo método los fenómenos de
investigación y en cuanto a que ambas ciencias requieren de una solución
determinada. Su método recibe el nombre de Racionalismo
Crítico de las ciencias naturales porque parte de que todo conocimiento
tiene su opuesto que es la ignorancia y que existe un choque entre ambos. Esta
dinámica que parte de la racionalidad crítica, es la que le da sentido al
avance científico.
El eje principal de su propuesta estriba en que en las
ciencias se da el ensayo de posibles soluciones a problemas antes que una
solución absoluta. Es la propuesta de conjeturas y la crítica constante de
tales conjeturas lo que hace al método. Plantea además el método de falsación como
una constante refutación de las conjeturas y las que ubica como verdades
provisionales. La objetividad de la ciencia radica en la objetividad del método
crítico y con relación a la neutralidad valorativa, plantea que resulta
prácticamente imposible que el científico se mantenga ajeno a ella ya que no
puede desprenderse de sus valores es decir, de su ideología, por lo cual la
objetividad de la ciencia no es individual sino social.
Sería, por tanto, erróneo dejar la objetividad de la
ciencia a merced de la objetividad del científico ya que tanto los científicos
naturales como los sociales y humanos son partidistas. De ahí que la
objetividad de la ciencia haya de basarse en la racionalidad crítica, pues su objetividad no puede reducirse a lo
individual, sino que le compete a lo social. De esa crítica amistosa-enemistosa
que se realiza por vía de la competencia entre los científicos, entre los
científicos y las escuelas, entre la tradición y la crítica, etc., se
posibilita acceder a la objetividad científica. Lo que se critica en la ciencia
es la aspiración a la verdad absoluta ya que un enunciado sólo es verdadero si
coincide con los hechos, si las cosas son tal y como él las representa, siendo
la explicación causal el sistema deductivo que nos permite explicar el explicandum relacionándolo lógicamente
con otros hechos, las llamadas condiciones iniciales. De esta forma el esquema
lógico básico de toda explicación es una inferencia deductiva en la que sus
premisas están constituidas por la teoría y por las condiciones iniciales. El
concepto de verdad y el concepto de explicación originan dos nuevos conceptos
en Popper, ambos de carácter relativo: 1) El de aproximación a la verdad y 2)
El de la fuerza explicativa. Así, una proposición será capaz de representar
mejor la realidad si interpreta las consecuencias lógicas verdaderas como las
menos falsas.
Por otra parte, Popper afirma que existe un método
puramente objetivo para las ciencias sociales al que califica de método objetivamente comprensivo o de la
lógica de la situación, el cual consiste en analizar la conducta de los hombres
a partir de la situación misma en que se encuentran inmersos. La comprensión
objetiva radica en la conducta que es objetivamente y adecuada a la situación.
Este es un método individualista no psicológico que se hace cargo del mundo
físico en el que tienen lugar nuestras acciones. Es decir, del entorno social y
las instituciones sociales. Finalmente, Popper comenta que aunque no podamos
justificar mediante la razón nuestras teorías, podemos al menos criticarlas y
diferenciar en ellas lo mejor de lo peor. La objetividad de la ciencia la sustentó por tanto en la objetividad del método, por ello afirma:
“Cualquier teoría debe someterse a la crítica lógica para ser objetiva.
El método para hacerlo es el método crítico” (14).
• El
Paradigma Científico de Thomas S. Kuhn
Kuhn, está considerado como el iniciador del camino hacia
la epistemología social de la ciencia, quien sostiene que la ciencia no avanza
en forma continua como dice la tradición, sino zigzagueando entre momentos de
grandes revoluciones y otros de enormes estancamientos. Así, una gran
construcción científica puede venirse abajo en el momento que aparece un nuevo
paradigma si éste se realiza no sólo con base en argumentaciones y refutaciones
racionales y científicas, sino también, por factores psicosociales que emanan
de la comunidad científica.
Para este autor la ciencia no avanza de manera acumulativa
sino en zig-zag, entre momentos de revoluciones y de estancamientos; es decir,
hay un progreso dinámico o dialéctico en la ciencia que se construye no sólo
por refutación racional, sino por planteamientos de la comunidad científica que
involucran factores naturales y psicosociales como las creencias, valores y
técnicas de una comunidad científica. Estas comunidades, destruyen o retoman
los viejos paradigmas y plantean nuevos que pueden surgir por sectores, ramas o
temas diversos. En estas comunidades existe comunicación según la especialidad
y el reconocimiento que cada una haya adquirido. Kuhn plantea que la madurez de
un paradigma o los cambios con relación a ellos se efectúan más bien en función
de su naturaleza y no de su presencia, así como también señala la existencia de
una identificación biunívoca entre las comunidades científicas.
El paradigma científico Kuhn lo utiliza en dos sentidos: 1)
Para completar la constelación de creencias, valores y técnicas compartidas por
los miembros de una comunidad dada y 2) Como elemento en la solución-enigma.
Este modelo reemplaza reglas explícitas y da fundamentos para resolver los
enigmas restantes de la ciencia normal. Un paradigma es lo que los miembros de
una comunidad científica comparten y a su vez una comunidad científica está
integrada por hombres que comparten paradigmas. Una comunidad científica se
forma por los practicantes de una misma especialidad; ellos comparten
antecedentes académicos similares, literatura técnica y un tema que les es
propio. A su vez se ven a sí mismos y son vistos por otros como responsables de
la prosecución de fines compartidos que incluyen la preparación de sucesores.
En estas comunidades la comunicación es relativamente completa y los juicios
profesionales son relativamente unánimes, existiendo por lo mismo un sentido de
circularidad. Sin embargo, en razón de que diversas comunidades pueden tener
como objeto de estudio diferentes temas, una deficiente comunicación
profesional puede dar lugar a equivocaciones que pueden acarrear desacuerdos
significativos. Una comunidad global puede referirse, por ejemplo a la de los
científicos naturales que puede a su vez crear otras donde se encuentren los
físicos, químicos, astrónomos y estas a su vez, pueden separase formando otras.
Por ejemplo la de los físicos del estado sólido, los químicos orgánicos y a su
vez, estos últimos los químicos en químicos de las proteínas. Los científicos
individualmente considerados, pueden por si solos ser partícipes de varios
grupos simultáneamente. Las comunidades anteriormente señaladas son las
autorizadas y productoras del conocimiento científico. Los paradigmas son por
tanto compartidos por estos grupos. Las escuelas aprovechan el mismo material
científico de una comunidad pero desde puntos de vista distintos. ¿Cómo se
accede a la madurez de un paradigma? 1) En primer lugar al buscar la transición
del período pre al post paradigmático. Para Kuhn ésta no requiere estar
asociada con la primera adquisición de un paradigma, que en muchos de los casos
puede ser compartido por varios miembros, ya que los cambios de un paradigma
van en relación más bien con su naturaleza y no con su presencia. 2) En segundo
lugar identificar biunívocamente a las comunidades científicas.
Una revolución es para Kuhn, un cambio que entraña un tipo
especial de re-estructuración de los acuerdos del grupo independientemente de
la magnitud de las consecuencias que genere, y al mismo tiempo, ésta puede
llegar a realizarse por una pequeña comunidad de científicos. Tal revolución no
necesariamente debe venir precedida de una crisis, sino simplemente de un
mecanismo autocorrector que permita modificar el curso de la ciencia. “Las
crisis -dice-, no necesitan ser generadas por el trabajo de la comunidad que
las experimenta. Lo que algunas veces da como resultado una revolución de
nuevos instrumentos y leyes, puede desarrollarse en una especialidad y su
asimilación producir crisis en otras” (15).
Postura Fenomenológico-Hermenéutica
• La
Sociología Compresiva de Max Weber
Su aportación fundamental consiste en el planteamiento del
método comprensivo y en el rigor y la conceptualización empíricamente derivada,
lo que conduce al análisis hipotético que culmina en la creación de los tipos
ideales que permitirán medir las acciones sociales, mediante su interpretación evidente o endopática y emotiva. A este autor se debe la
atención dada por las ciencias sociales los conceptos de motivo, causa y conducta,
tomando las leyes lógicas para explicarlos.
Weber desea respetar la peculiaridad de los hechos
sociales, históricos y culturales que tienen sentido y significación para el
investigador, aceptando que una acción con sentido no surge en muchos casos por
procesos psicofísicos. Del mismo modo, tampoco es necesaria la capacidad de
producir uno mismo una acción semejante a la de otros para comprenderla, ya que
con frecuencia los elementos comprensibles están entremezclados y
contrariamente a lo que se cree, muchos de los valores y fines de carácter
último que rodean la acción del hombre, no pueden comprenderse con plena
evidencia sino, hasta que existan ciertas circunstancias en que se puedan
captar intelectualmente como datos que permiten comprender los motivos de una
acción. Nos resultará menos fácil revivirlos endopáticamente tanto cuanto más
se alejen de nuestras valoraciones últimas, de tal forma que muchos afectos
reales podrán revivirse mejor cuanto más susceptibles seamos a ellos y podamos
calcular sus efectos sobre la dirección y los medios que se empleen al
identificarlos.
Weber apunta la necesidad de un método comprensivo en las ciencias sociales, humanas e históricas e
introduce el rigor y la conceptualización empíricamente derivada, de donde
surge un análisis hipotético de un tipo
ideal que servirá de instrumento para la medición y hace un esfuerzo por
dotar a las ciencias sociales de un estatuto científico respetando las
peculiaridades de los hechos sociales, históricos y culturales que tienen
sentido y aparecen siempre como significativamente importantes para el
investigador. Por lo que señala que toda interpretación persigue la evidencia,
pero ninguna interpretación por evidente que sea puede pretender ser la
explicación causal válida. Es sólo una hipótesis causal, particularmente
evidente.
La intensidad con la que los impulsos humanos pugnan ante
una determinada situación, no la podemos apreciar sino mediante el resultado
efectivo. De ahí que sea indispensable el control de la interpretación
comprensiva de sentido por los resultados. Es decir, por la dirección que
manifiesta la realidad, la que sólo en casos experimentales estadísticos se
puede realizar eficazmente. Los procesos e irregularidades incomprensibles no
pueden calificarse de hechos o leyes sociológicas, sino que son considerados
únicamente como condiciones, estímulos u obstáculos.
Weber se pregunta si es posible reducir a leyes el
comportamiento humano sin destruir su libertad y responde que las leyes
sociológicas son probabilidades típicas confirmadas por la observación de determinadas
situaciones que transcurrirán en forma esperada, pero acepta que ciertas
acciones sociales sólo son comprendidas cuando la relación de medios-fin es
unívoca. Es decir, cuando los medios son ineludibles o como lo dice
textualmente:
"Cuando
se ha actuado así y no de otra manera, ya que los partícipes no disponían de
otros medios" (16).
La ciencia social -agrega-, es una ciencia de la realidad a
la que deseamos comprender por sus distintas manifestaciones, por su contexto y
por sus causas a fin de averiguar si siempre ha sucedido de la misma manera.
Pero somos conscientes de que por nuestra finitud, únicamente alcanzaremos a
conocer una pequeña parte de ella, la que nos parezca esencial o digna de ser
conocida.
Esta selección, normalmente la haremos con base en la
repetición regular de determinadas conexiones de sentido a las que otorguemos
un significado cultural, o bien, por los valores e ideas del investigador que a
su vez determinarán su opinión de
toda una época. De los valores dependerá la identificación de los fenómenos que
se consideren valiosos y sirvan para distinguir lo importante de lo secundario.
• El
Lenguaje como Experiencia Hermenéutica de Hans-George Gadamer
Gadamer explica en qué consiste la comprensión en lo
social, lo interpersonal y lo científico. Parte de una concepción lingüística
de la comunicación y de su definición de relación negociadora acordada entre
los sujetos de dicho proceso. El punto nodal lo centra en el estar de acuerdo con el otro a través del
lenguaje. De ahí que el valor de lo hermenéutico en el sentido de la
libertad para acordar se sustenta en el lenguaje, por lo que el autor establece
que comprender e interpretar son la misma cosa y el mediador es el lenguaje,
por lo que establece las siguientes bases: a) Comprender es ponerse de acuerdo
con alguien sobre algo, b) El lenguaje es el medio universal para realizar el
consenso y comprensión, c) El diálogo es el modo concreto de alcanzar la
comprensión, d) Todo comprender viene a ser una interpretación, e) La
comprensión se mueve en la dialéctica de pregunta y respuesta, f) La dimensión
lingüística indica la concreción de la conciencia de la historia factual y g)
La tradición es existir en medio del lenguaje en cuanto el pasado se actualiza.
El problema hermenéutico -agrega-, no está en relación al
dominio de una lengua, sino al acuerdo
sobre un asunto que sucede en medio del lenguaje. La conversación es un
proceso en el que se busca llegar a un acuerdo. En ella se intenta atender,
opinar, ponerse en el lugar del otro para entender lo que dice. No referimos su
opinión de su persona, sino al propio opinar y entender. Si en una conversación
resultan diferencias insuperables, se puede recurrir al menos a un compromiso.
Para poder llegar a un acuerdo en la conversación, debe
existir disponibilidad de los interlocutores para llegar al mismo. Aún cuando
ambos dialogantes expresen sus pareceres, sopesarán los argumentos de cada
parte y se realizará una transferencia
recíproca casi imperceptible y no arbitraria que conduce finalmente a una
lengua común y a una sentencia compartida. Se puede hablar de una conversación
hermenéutica cuando en ella se elabora un lenguaje común que se confundirá con
la realización del comprender y llegar a un acuerdo. Es decir, no se creará un
instrumento especial para el fin del acuerdo. Los horizontes individuales se
fusionan cuando al expresar el tema éste deviene la cosa común a los
interlocutores, por ello se afirma que:
"La
relación esencial entre lingüisticidad y comprensión se muestra en el hecho de
que la esencia de la tradición consiste en existir en medio del lenguaje, de
manera que el objeto presente en la interpretación sea de naturaleza
lingüística. Lo mismo puede decirse respecto de los textos. Toda traducción que
se toma en serio puede superar a su original en claridad y sencillez, aunque
por otro lado, puede al mismo tiempo estar desprovista de hermosos matices de
su original” (17).
Postura Dialéctico-Crítica
• La Teoría Crítica de Theodore W. Adorno
El planteamiento esencial de Adorno consiste en afirmar que
la ciencia y su método no pertenecen al ideal sino a la cosa. Ubica el concepto
de totalidad como dialéctica o descripción de las contradicciones reales de la
sociedad, pero no equipara el conocimiento de las cosas naturales (que es
particular) con el de las sociales (que es general). Las contradicciones
-dice-, son reales no aparentes y deben develarse, de ahí que el conocimiento
sociológico sea crítico, ya que entiende los hechos como reales y entrevé los
matices en cuanto a cómo se generan, por lo que es importante su refutación.
Plantea el método de ubicar problemas (contradicciones) y plantear soluciones
que después puedan ser refutadas racionalmente para llegar a la verdad real.
Rechaza la teoría del ensayo
y error de Popper porque considera que es particular y su propuesta es más
bien de totalidad. La crítica para él es formal y material ya que accede a la
objetividad científica cuando se identifica con las soluciones y porque el
método parte de la cosa no del investigador. Asimismo, la neutralidad
valorativa la considera falsa debido a que el investigador está dentro de una
sociedad que tiene una ideología y una falsa
conciencia, pero sólo la liberación de esa falsa conciencia llevará al
científico a poder ver los problemas reales (contradicciones) y plantear su
solución.
Su concepto de método es mucho más amplio que el de Popper
ya que afirma que el método no puede permanecer indiferente al objeto y que la
ciencia no depende del ideal metodológico sino de la cosa. El conocimiento
verdadero sólo se logra cuando buscamos que responda a la totalidad, entendida
ésta como dialéctica; es decir, como contradicciones reales de la sociedad. Sin
duda, asevera-, ha sucedido que por nuestro deseo de exactitud hemos pretendido
conocer la sociedad de la misma forma en que hemos deseado conocer la
naturaleza. Nada más erróneo hemos podido entrever. El objeto de la ciencia
sociológica no es unánime, ni sencillo, ni viene integrado de manera neutral al
deseo de conveniencia de la formalización categorial. Al estudiar la realidad
no podemos circunscribir una contradicción aparente al propio sujeto que
estudia el objeto, sino que ésta puede estar dotada por la propia cosa a la que
no podemos eliminar del mundo por razones científicas. El conocimiento
sociológico es crítico y no simplemente deductivo o inductivo como lo señalan
las teorías desarrolladas por Bacon y Descartes, las cuales fueron concebidas
desde arriba Al ser el conocimiento sociológico eminentemente crítico, lo
importante reside en los matices, ya que en la sociedad los hechos no son lo
último, porque vienen mediados por la sociedad. Por otra parte, la refutación
sólo resulta fructífera como crítica inmanente. Así, desde lejos, todo puede
ser refutable o nada puede serlo. El escepticismo conviene al juego de la
discusión; en cambio, el impulso crítico va unido a la resistencia contra toda
rígida conformidad respecto de la opinión dominante, por lo que apela a un
pensamiento no fijado, ni cosificado sino lúcido. Para Adorno la crítica debe
ser inseparable de las soluciones, pues es a través de ella, que éstas maduran
y se integran. La crítica de las ciencias sociales no debemos limitarla al
método, sino también a la cosa u objeto dada la íntima relación que
experimentan. De hacerse lo contrario, el método resultaría improductivo. La
vía crítica no es meramente formal, sino también, material y en este caso, la
sociología crítica debe igualmente ser una crítica de la sociedad misma, de
otra manera, se limitaría el progreso.
La cosa está libre de imperatividad, es algo meramente
existente. El juicio que se realiza sobre la cosa posee espontaneidad
subjetiva, depende de la cosa y no se agota en una irracional decisión
subjetiva. Por ello, el problema de los valores en la sociología ha estado mal
planteado. Una sociedad que se diga libre de valores, desatiende a la cosa
tanto como aquélla que se remite a unos valores más o menos establecidos y
arbitrariamente estatuidos. No puede ignorarse la unidad del ser con el deber
en la realidad y por ello la única arma capaz de penetrarla es la crítica
social. Por tanto, el comportamiento neutral resulta imposible no sólo en su
aspecto psicológico sino también en función de la cosa objetivada. Así, la
sociedad se cristaliza gracias a la concepción de una sociedad más justa. Y
ésta no se contrasta frente a un simple valor supuesto sino que surge de la
crítica, de la conciencia de la sociedad, de sus contradicciones y necesidades.
La preeminencia de lo social respecto de lo humano-individual, se explica a
través de la cosa. El carácter contradictorio de la realidad social constituye
la posibilidad de la sociología en cuanto tal.
“Unicamente
-dice- quien sea capaz de imaginar una sociedad distinta de la existente podrá
convertirla en problema en virtud de lo que no es, ya que se hará patente lo
que es...” (18).
• La
Teoría Analítica de la Ciencia y la Dialéctica de Jürgen Habermas
Habermas es el representante más sobresaliente de la
segunda generación de la Escuela de
Frankfurt. Defensor de una teoría de la ciencia fundamentada en la
dialéctica y en la crítica como categoría de totalidad, enriquecida con la
hermenéutica y la filosofía de la historia y orientada hacia la emancipación.
Las ciencias sociales si bien son de observancia analítica, conocen un concepto
de totalidad en donde sus teorías son teorías de sistemas, de tal suerte que
una teoría general habrá de referirse al sistema social en su conjunto, donde
el acontecer social se concibe como una trama que funciona de manera regular e
interdependiente en la realidad.
El hecho de que las relaciones del sistema se reproduzcan
bajo un modelo matemático, no altera en nada su carácter cualitativo. En el
momento de desear construir una teoría y estructurar un concepto, simplemente
debemos considerar que ambos se adecuen a la cosa y ésta se impondrá de tal
manera que el método lo subordinaremos a ella.
La teoría analítica estudia también las ciencias
históricas, pero en este caso, su meta es la explicación de acontecimientos
individuales. Los historiadores suelen apoyarse en leyes triviales y en reglas
empíricas de la psicología y de la sociología para hipotetizar sobre un
acontecimiento. Las causas históricas se explican de manera lógica pero sus
hipótesis hacen referencia a reglas de experiencia cotidiana propuestas de
manera programática ante un acontecimiento. Cuando en lugar de estudiar
enunciados hipotéticos específicos el historiador elige estudiar enunciados
hipotéticos generales que se transforman en leyes, se convierte en sociólogo.
Las condiciones en las que se basa la historia son más concretas y se
consideran causa de determinados acontecimientos históricos, de ahí que la
historia no posea leyes generales sino específicas y considerará siempre los
fenómenos particulares respecto de la totalidad.
Para Habermas, el método dialéctico es el resultado entre
el método de la comprensión (hermenéutica) y el procedimiento objetivante de la
ciencia (causa-analítica) y en la crítica cada una tiene sus derechos. La
relación entre ciencia y praxis reside en una estricta diferenciación entre
hechos y decisiones porque una cosa es la evidencia de los hechos y otra el
sentido que le otorguemos para actuar. Existe una correspondencia entre hechos
y decisiones por una parte y el conocer y el valorar, por la otra.
No se puede predecir cómo cada científico valorará
determinado hecho social o histórico porque los juicios de valor no pueden
asumir legítimamente la forma de enunciados teoréticos, es decir, no existen
leyes para valorar o como dice Habermas:
“La
aprehensión de las cualidades axiológicas sólo resulta posible en virtud de un
determinado tipo de conocimiento intuitivo y también reclama la existencia de
órdenes de valores y dominios de fe en una esfera superior a la historia no
sometida a ella” (19).
Las decisiones relevantes en el orden práctico vital no
pueden reducirse jamás, ni sustituirse por cálculo científico y tampoco pueden
ser racionalizadas. Por tanto, el conocimiento para Habermas, no puede estar
desvinculado de la normatividad. Es posible realizar la investigación y
discutir sus resultados gracias al uso del lenguaje por el cual se expresa el
pensamiento y se constata la comprensión de los postulados sobre los que se
desarrollan las posturas científicas.
ENFOQUES
IDEOLOGICOS
Conceptos Generales
La modernización de las instituciones como meta del
progreso social en el caso de México, sólo ha mostrado tener un ente y un fin meramente instrumental; es decir, de lucro para sus promotores
ya que los resultados hasta ahora conocidos sólo arrojan el enriquecimiento
ilimitado de unos cuantos, contra el empobrecimiento económico, político y
moral de la mayor parte de la sociedad. Esto se confirma en la prevalencia del método y el fin sobre el ser o cosa que es el hombre y su bienestar
colectivo. El modelo económico neoliberal
y su telos la modernización de las
estructuras sociales y productivas, sólo han respondido a los intereses de sus
promotores. Pero esto no fue develado
por la sociedad con anticipación, lo que también denota una falta una actitud y
enfoques para leer en contexto; es decir, le falta marco epistemológico para interpretar los entes del sistema y su efecto en las distintas disciplinas. Por tal
motivo, se agregan a esta propuesta los siguientes enfoques ideológicos
delimitados por Teresita Bilbao, en espera de que sean de utilidad a los
orientadores educativos en su función de correr el velo de la enajenación en
que se encuentran mucho de ellos.
Enfoque Científico
La etapa científica de la Orientación Educativa es
tributaria de las grandes corrientes de la época en la que se generó el
pragmatismo, el darwinismo social y el positivismo. El carácter científico de este
enfoque reside en su capacidad para aplicar, comprobar y perfeccionar las técnicas e instrumentos psicométricos a través de la experimentación fundamentada en los principios psicológicos,
sociológicos y de otras ciencias. Su objetivo consiste seleccionar a los
individuos a partir de sus rasgos y factores individuales en consonancia con
los preceptos del sistema productivo para adaptar
a los individuos al sistema social vigente como algo dado y estático. Así, el
modelo se centró en el conocimiento del sujeto para brindarle una ayuda ante el
reconocimiento de algunos obstáculos como la disonancia entre aptitudes e
intereses, dependencia excesiva del sujeto a su medio o conductas motivadas por
la preeminencia de ciertos valores individuales que podrían impedirle llegar a
una realización plena de sus vidas y evitar la alteración del camino al éxito.
Este apoyo traería como beneficios sociales: a) evitar la
deserción, b) motivar a los alumnos apáticos o indiferentes a adaptarse al
sistema y c) fomentar la toma de decisiones. La orientación vocacional se
presenta así como la forma idónea para responder a las exigencias del proceso
de industrialización hacia donde se canalizó a los orientandos. Los gobiernos
promovieron la creación del servicio vocacional a nivel nacional y en forma
independiente del ámbito escolar, a fin de promover un desarrollo “integral”
del individuo, quien reclamó estudios y ofreció sus aptitudes, intereses y
personalidad a cambio. El enfoque científico utilizó para ello los siguientes
instrumentos y procedimientos de selección: pruebas de aptitudes, tests
psicológicos entrevistas; exámenes médicos; trayectoria escolar; trabajo
social, etc., todo ello acompañado del suministro de orientación
profesiográfica, cursos, charlas, conferencias, material bibliográfico,
material promocional, audiovisuales y visitas a los centros de trabajo entre
las más usuales. Al recurrir a procedimientos mensurables se satisfacía la necesidad de cuantificar para evitar
arbitrariedades y errores y se clasificar cuestiones cualitativas con el afán de constatar tipologías que más adelante
contribuirían a perfeccionar los
instrumentos. Asimismo, constituía la mejor forma de seleccionar a los más
aptos y de eliminar a los ineptos, por ello el lema prevaleciente seguía siendo
el tayloriano que reza:
"El
hombre adecuado para el puesto adecuado”.
Enfoque Clínico
Con la fracturación del sistema tayloriano (teoría del
hombre-máquina y del método eficiente de trabajo para aumentar la producción)
el sinnúmero de personas desocupadas creció en los EE.UU., por los que no fue
posible acceder al puesto ideal como
se tenía previsto al incrementarse la desocupación y requerirse habilidades más
especializadas en el mercado de trabajo. Frente al descontento individual y los
enfrentamientos grupales derivados de la recesión que amenazaba movimientos de
mayores proporciones que atentaban contra la estabilidad del sistema, surgió el
enfoque clínico en la orientación. Es decir, se recurrió a la psicología
clínica para prevenir y resolver los conflictos de los hombres avasallados por
la crisis económica y del empleo. Entre los orientadores esta tendencia cobró
auge y se ocupó de propiciar la readaptación del sujeto a la sociedad
reorientando su personalidad a las condiciones reinantes.
Bajo este enfoque se estudió a fondo cada caso mediante las
de técnicas de investigación psicológicas y psiquiátricas combinándolas con
métodos no necesariamente estadísticos. Con ello se buscó que el orientando
fuera “liberado” de tensiones psicológicas y sociales a fin de que pudiera realizar
una elección madura tras el
conocimiento de si mismo. Sin
embargo, este enfoque soslayó cualquier cuestionamiento del individuo que le
permitiera plantearse de cara a su contexto el motivo de sus desajustes. No obstante,
el enfoque utilizó teorías que fundamentaban la elección de carrera como una
decisión de la “libertad” individual, recurriendo para ello a técnicas de todo
tipo como el psicoanálisis para
reestructurar la fuerza del yo, a fin
de que se pudieran contrarrestar los conflictos metapsicológicos que se
presentaron con motivo de las crisis medioambientales. Con ello se propició homogeneizar al yo en términos de los requerimientos del ambiente a la sociedad
capitalista que acabó por imponerse en el mundo occidental.
En México se retomó el concepto de elección madura no
conflictiva a través de promover un yo
fuerte, fundamentado en la problemática
de la identidad de Erikson y de algunos conceptos del psicoanálisis inglés (duelo, mundo interno, fantasía, reparación,
etc.).
Una influencia más que recibió este enfoque se atribuye a
Rogers, sobre todo en lo que se refiere a la asunción de una actitud no directiva que reconoce al individuo
como un ser capaz de llegar a encontrar por sí mismo soluciones. Así, se busca
con base en instrumentos y técnicas diversas, obtener datos relativos a las motivaciones inconscientes relacionadas
con la orientación vocacional que permitieran un proceso de elección más
significativo. Entre las técnicas más utilizadas se encuentran las pruebas
proyectivas, la entrevista no directiva y la aplicación de tests psicológicos.
Esta práctica se realizó al margen del sistema educativo, evidenciando la
escasa cobertura del servicio y centrando la problemática en un yo debilitado para evitar el
cuestionamiento social.
Enfoque Desarrollista
Se fundamenta en la corriente
economicista de la educación de la cual toma su nombre y deriva sus
premisas. La teoría del Capital Humano
y la Man Power Approach son sus
fundamentos, aunque recibe también una fuerte influencia de las corrientes funcionalista y neoclásica de la economía. Parte de la concepción de que la
educación es una inversión redituable y que el desarrollo sigue un proceso lineal al margen de las condiciones
históricas y sociales por las que cada nación atraviesa. Gracias a ello, todos
los países habrán de superar las mismas etapas por igual.
El desarrollo social y económico de un país por tanto,
habrá de lograrse al imitar las
instituciones y costumbres de los países desarrollados. El desfase entre ambos
se atribuye sólo a limitaciones como
la falta de capital, de tecnología y educación que habrán de subsanarse por
medio de la ayuda externa. La educación se considera entonces, como un factor
que promueve el desarrollo, la modernidad y la productividad. El sistema
educativo por tanto, tendría que responder a la estructura ocupacional que dicte el mercado laboral y la idea es que a mayor nivel educativo, mejores oportunidades de empleo y por
tanto, mayor igualdad social, lo que
trae como consecuencia una democratización
de la sociedad. Sin embargo, el
carácter funcionalista de la
educación presiona sólo a formar los
recursos humanos de mano de obra y
profesional que reclama el desarrollo económico y social. Asimismo, al
responder sólo a las demandas
ocupacionales que reclama el avance científico y tecnológico, se corre el
riesgo de que el sistema escolar cumpla una función
adaptativa a la estructura ocupacional, ocultando las contradicciones del
sistema bajo la esperanza de que:
"A
mayor nivel educativo, mejor calificación laboral, más productividad, mejor
salario y un elevado progreso técnico”.
Como se puede apreciar, se trata de una modelo que vincula el sistema con el desarrollo
socioeconómico, el cual cobró importancia en las décadas de los 70's y 80's y
se enriqueció con las aportaciones de orientadores educativos y funcionarios
gubernamentales que tienen un pensamiento economicista, cuyo propósito insiste
en apoyar al sistema educativo para que realice en forma eficaz y eficiente la
preparación de recursos humanos necesarios para el desarrollo industrial. De
esta forma se busca nuevamente ajustar el perfil
individual a las metas de desarrollo del país. Este modelo al
ser utilizado intensivamente por los gobiernos con fines político-ideológicos, provocó lo que se ha dado en llamar el
fenómeno del credencialismo, gracias
al cual existe una saturación de estudiantes y profesionistas en las áreas
tradicionales del conocimiento como son las ciencias de la salud y las
económico-administrativas, debido a una falta de planeación integral que
considere la interrelación de cada elemento con el todo con el impacto social
presente y futuro de cada decisión profesional.
MODELOS
TEORICOS
Conceptos Generales
De acuerdo al Documento
Base (1994), se proponen tres paradigamas conceptuales como parte de estas
bases epistemológicas de la Orientación Educatuva en México, integrados con las
distintas teorías que han apoyado históricamente la práctica de la Orientación
Educativa desde su fundación.
Dichas teorías se reestructuraron o reubicaron en función
de tres paradigmas o modelos teóricos,
cuya estructura epistemológica se integró bajo un enfoque interdisciplinario
que pretende conserva una cierta coherencia semántica y axiológica entre cada
una de las teorías que los confroman. Los modelos son: a) El Modelo Pedagógico, compuesto de la Teoría
Esctructural-Cognoscitivista, la Teoría Neohumanista, la Teoría de la
Reproducción, la Teoría de la Resistencia y la Teoría Fenomenológica; b) El Modelo Psicológico, integrado con
la Teoría Psicológica, la Teoría Psicoanalítica, la Teoría de la Información y
la Teoría de los Grupos y c) El Modelo Socioeconómico, conformado
por la Teoría de los Rasgos y Factores, la Teoría del Concepto de Si
Mismo de Supper, la Teoría de Ginsberg, Ginzburg, Axelrad y
Herma, la Teoría de Tiedemann, la Teoría de Holland, la Teoría de Toma de
Decisiones de Edwards, la Teoría Socio-Cultural y la Teoría General
Interdisciplinaria, cuyos conceptos esenciales se resumen a continuación.
Modelo Padagógico
Teorías del Aprendizaje
• Teoría
Estructural-Cognoscitivista
Esta teoría propone que el aprendizaje constituye una
gestalt o estructura que adquiere significado por la formación asociativa de
sentido. Es decir, que un conocimiento se adquiere cuando una grabación
nemotécnica es asimilada como una estructura con un nuevo sentido para el
sujeto. Conocer no consiste en copiar lo real, sino obrar sobre ello y
transformarlo a fin de comprender los sistemas de transformación a los que
están ligadas las acciones pero cuya comprensión resulta del proceso de
maduración y socialización de las capacidades bio-psico-sociales del individuo.
De acuerdo a esta teoría existen dos momentos del proceso
de aprendizaje que son: a) Recibir información y b) Ordenarla dentro de un
esquema previamente elaborado para llegar a la construcción de uno nuevo. Sus
representantes son: Lévi-Strauss, Piaget, Feuerstein, Wertheimer, Inhelder,
Guilford, Flavel, Miller, Rand y Jensen, Tannenbaum, Steonberg, otros.
• Teoría
Neohumanista
Esta teoría propone una reeducación armónica e integral del
ser humano en los valores universales del hombre a través de su desarrollo
sociocultural y espiritual como búsqueda de la unidad y solidaridad entre los
individuos y entre las naciones. Por tanto, no es el conocimiento utilitario e
ilustrado del cual surge el humanismo, sino del anhelo de una acalorada
formación armónica e integral para la vida del ser humano a través de penetrar
su espíritu. Sus representantes son: Pestalozzi, Ortega y Gasset, Herrera y
Montes, Larroyo, otros.
Teorías de la Enseñanza
• Teoría
de la Reproducción
Los postulados esenciales de esta teoría establecen que los
aparatos ideológicos del Estado como la escuela, la administración, la iglesia,
etc., sirven para reproducir y fortalecer las estructuras de poder y control,
negando la libertad y decisión del individuo para autoconducirse en su vida
personal y social. Sus representantes son: Bordieu, Passerón, Althusser,
Gramsci, otros.
• Teoría
de la Resistencia
Esta teoría propone una estrecha vinculación
teórico-ideológica entre la escuela y la realidad con el objeto de mantener una
clara actitud crítica hacia las estructuras y superestructuras de dominación, a
fin de ofrecer a la sociedad los elementos necesarios para la resistencia y la
lucha de emancipación. El valor esencial de la resistencia es medido no sólo
por el grado en que promueve el pensamiento crítico y la acción, sino además
por el grado en que se estimula la lucha colectiva alrededor del poder y de la
transformación social. Sus representantes son: Giroux, McLaren, Freire, Bowles,
Gintis, otros.
• Teoría
Fenomenológica
Esta teoría surge como una reacción ante el realismo
exacerbado y propone por tanto, la comprensión del hombre como ser consciente
de su existencia al admitir que los impulsos o dinamismos sólo pueden ser
comprendidos en el contexto de la existencia humana. Asimismo, se enfatiza la
unidad y privacidad de la condición humana y su plena libertad al impulso o
urgencia de existir y ser, reconociendo con ello la capacidad de cada persona
para conocerse y auto-orientarse. Sus representantes son: Rogers, Snygg y Coombs,
Borow, Freud, otros.
Modelo Psicológico
Teorías de la Personalidad
• Teoría
Psicológica
Esta teoría busca comprender los motivos que llevan al ser
humano a actuar, opinar y sentir de una manera y no de otra e integrar los
conceptos y los conocimientos sobre la totalidad de la persona para poder
predecir con un alto grado de exactitud la conducta futura. Dicha teoría
incluye los puntos de vista que sobre la personalidad tienen diversos autores
como Freud, Allport y Guilford entre otros, cuya síntesis elabora Gordon
Willard Allport en las siguientes palabras: "Personalidad es la
organización dinámica de los sistemas psicofísicos dentro del individuo que
determinan su ajuste al medio ambiente". Sus representantes son: Freud,
Horney, Jung, Sullivan, Erickson, Klein, Hartmann, Lewin, Allport, Murray,
Miller, Dollar, Skinner, Guilford, Eysenck, Cattel, Murphy, otros.
• Teoría
Psicoanalítica
La teoría psicoanalítica ha incorporado el enfoque teórico
que tiene como objeto de estudio el aparato intrapsíquico del individuo
integrado por las instancias del yo, ello y superyó encargadas de organizar y
dirigir los impulsos de los sujetos a través de sus propias energías.
El planteamiento fundamental de esta teoría expresa que del
modo como se enfrente, resuelva y elabore el desarrollo infantil del individuo,
será inevitablemente el tipo de elecciones que haga el adolescente así como el
grado de estabilidad laboral que alcance el adulto.
A partir de esta concepción el yo es interpretado como la
instancia encargada de neutralizar los conflictos metapsicológicos cotidianos,
de ahí que se busque fortalecerlo mediante la asistencia que ofrezca un
tratamiento especial en las etapas infantiles. Sus representantes son: Erikson,
Sullivan, Hartmann, Kris y Lowwenstein, Brill, Meadow, Bordin, otros.
Teorías de la Comunicación
• Teoría
de la Información
Esta teoría sustenta que todo proceso social está basado en
la comunicación, su contenido o mensaje es la información y el mecanismo de
transmisión y recepción para actuar sobre una audiencia es la comunicación.
Vista así la comunicación es una transmisión o intercambio de información entre
un emisor y un receptor utilizando en ocasiones los medios masivos de
comunicación como son la T.V., la radio, la prensa, etc, constituyéndose en la
base de todas las relaciones humanas para unir a los individuos en sistemas
sociales, en grupos, en comunidades o culturas. La transmisión propiamente
dicha es una forma de señal enviada del transmisor al receptor a través de un
canal cuya señal puede ser interferida o deformada por otra señal contraria
llamada "ruido". El tipo de mensaje, el medio de comunicación y el
destinatario, determinan el éxito o fracaso de una decisión basada en la
información.
Una variante de esta teoría es el denominado Procesamiento
Humano de Información que considera al cerebro como un sistema capaz de
recibir, ordenar, procesar y emitir nuevos mensajes a partir de la codificación
y decodificación de la información mediante el lenguaje. Sus representantes
son: Katz, Kahn, Thelen, Festinger, otros.
• Teoría
de los Grupos
La dinámica de grupos es una teoría y una metodología que
surge de la antropología social y de la psicología de la motivación y se
relaciona con el estudio de la naturaleza o las leyes de la interacción del
individuo con las instituciones, mediante mecanismos como la cohesión, la moral,
el clima y liderazgo que constituye a los grupos. Su manejo resulta de enorme
importancia para ayudar a los seres humanos a desarrollar cualidades y
capacidades de afiliación, de conciencia de clase y de solidaridad social.
La cohesión es la norma fundamental de la vida gregaria y ésta surge de la
percepción que tienen los miembros sobre la afinidad de sentimientos y formas
de vida, la cual es reforzada por factores como la atracción, el prestigio y
las metas compartidas; razones por las cuales interaccionan los individuos en
grupo.
Una variante de esta teoría la constituyen los grupos
operativos con fundamento en teorías las fenomenológicas y psicoanalíticas,
cuyos principios de interacción entre los miembros del grupo son la igualdad de
posibilidades de desarrollo frente a la sociedad y el sentimiento de
corporatividad colectiva. Sus representantes son: Lewin, Lippitt, White,
Bauleo, Bleger, otros.
Modelo Socioeconómico
Teorías Factoriales o del Ajuste
• Teoría
de los Rasgos y Factores
Basada en la psicología evolutiva y diferencial, esta
teoría plantea la existencia de ciertos rasgos específicos que posee cada
individuo como resultado de la herencia genética y el aprendizaje social, entre
ellos sus aptitudes, intereses y personalidad a partir de los cuales puede
elegir una determinada gama de carreras o empleos. Frank Parsons explicó el
proceso que sigue una persona para elegir un estudio o empleo mediante los
siguientes pasos: a) Se tiene una clara comprensión de las capacidades individuales,
b) Se tiene un conocimiento del ámbito académico o laboral incluyendo los
requisitos y condiciones para su éxito y c) Se establece la correlación entre
los dos grupos de variables (rasgos individuales y perfiles académicos u
ocupacionales). Sus representantes son: Parsons, Münsterberg, Claparede,
Bachrach, Taylor, Guilford, Super, Anastasi y Tyler, otros.
Teorías del Desarrollo
• Teoría
del Concepto de Si Mismo de Donald E. Supper
Basándose en la psicología evolutiva o genética sobre el
desarrollo psicobiológico de Charlotte Buehler; en la psicología fenomenológica
de Carl Rogers y en el autoconcepto de Carter y Bordin, Danald Super propuso
que la madurez vocacional va mostrando etapas acordes a la edad cronológica o
nivel de desarrollo, a partir de los cuales los sujetos muestran "patrones
de carreras" como: estable, inestable, de ensayo múltiple o convencional,
que son el resultado de la maduración de los factores psíquicos, sociales,
biológicos y situacionales. Encontró que las etapas de maduración cuando se
define más claramente el concepto de si mismo y que posibilitan la conducta
vocacional en las personas son las siguientes: a) De cristalización (14 a 18
años), b) De especificación (18 a 21 años),
c) De implementación (21 a 24 años), d) De estabilización
(25 a 35 años) y e) De consolidación (35 años o más). Sus representantes son:
Super, Jordaan, Gaubinger, Starishevsky, Matlin, Overstreet, Monsano y Geist,
Gribbons y Lohnes, Crites, Dilly, O'Connor, Kinnane, Gaubinger, Norell, Combo y
Snygg, otros.
Teorías Evolutivas
• Teoría
de Ginzberg, Ginsburg, Axelrad y Herma
Esta teoría basa sus postulados en la psicología evolutiva
y en el modelo freudiano sobre la evolución de la personalidad y propone que
las decisiones implicadas en la elección de carrera u ocupación, se toman en
diferentes momentos de la vida de un individuo y que por tanto la elección
constituye un proceso continuo que comienza en la infancia y termina en los
primeros años de la adultez. Sin embargo, una vez iniciado es irreversible y
ocurre durante periodos claramente diferenciados por una serie de compromisos
que el individuo adquiere entre deseos y posibilidades que son: a) De fantasía,
b) Tentativo y c) Realista.
Este último compuesto a su vez de etapas de exploración,
cristalización y especificación que se refleja en un "cierto
equilibrio" entre los valores del sujeto y los de la sociedad. Ginzberg y
sus colaboradores consideran que en el proceso intervienen cuatro variables
significativas que son: a) Las presiones del medio ambiente, b) La influencia
del proceso educativo, c) La respuesta emocional del individuo y d) El valor
social que tienen las carreras u ocupaciones en el momento de elegirse. Sus
representantes son: Ginzberg, Ginsburg, Axelrad y Herma, O'Hara y Tiedeman,
Davis, Hagan y Strouf, Tucci, Small, Cross, otros.
• Teoría
Evolutiva de Tiedeman
Partiendo de la teoría del concepto si mismo de Super y de
las experiencias educacionales, Tiedeman plantea que los individuos toman una
serie de decisiones previas (no una sola) antes de hacer la decisión definitiva
sobre la elección de un estudio u ocupación pero con la característica de ser
cada vez mejor elaborada.
El camino que sigue el individuo hasta elegir la decisión
definitiva, consta de los siguientes periodos: a) De anticipación o
preocupación compuesta a su vez de las etapas de exploración, cristalización,
elección y esclarecimiento y b) De instrumentación o adaptación integrada a su
vez por las etapas de inducción, reformulación e integración. Sus
representantes son: Tiedeman y O'Hara, Beilin, Dysinger, otros.
Teorías Medioambientales
Teoría Tipológica de John L. Holland
Holland elabora un hipótesis mediante la cual afirma que la
elección de una carrera representa la extensión de la personalidad y una
tentativa de ampliar el estilo del comportamiento individual en el contexto de
la vida ocupacional. Es decir, que la gente proyecta sobre sus títulos
profesionales y ocupacionales sus puntos de vista acerca de ella misma y del
mundo laboral que prefiere.
Estas preferencias, corresponden a su nivel de inteligencia
y autoevaluación donde están implicados factores culturales, económicos,
individuales. Cuya estabilidad personal (congruente, incongruente, homogénea o
heterogénea) es el resultado de la correlación con su ambiente laboral. La
hipótesis plantea también que cuando el individuo posee pocos conocimientos
acerca de una ocupación, utiliza los estereotipos (percepciones, creencias,
experiencias) que tiene sobre ella.
Holland definió a partir de la idea del ajuste entre el
individuo y su elección laboral, seis ambientes de trabajo que corresponden a
seis tipos de personalidad que son: a) El realista, b) El intelectual, c) El
social, d) El convencional, e) El emprendedor y f) El artístico. En la medida
que cada uno se correlacione positivamente se podrá lograr una elección más
estable, una mejor realización profesional y una mayor vinculación personal y
social. Sus representantes son: Holland, Schultz y Blocher, Stockin, Ashby y
Wall, Osipow, otros.
• Teoría
de la Toma de Decisiones de Edwards
El objetivo general de esta teoría se basa en el
asesoramiento que debe proporcionarse al individuo durante el proceso de
elección de un estudio u ocupación, para lo cual se cuenta con dos propuestas.
La de Gelatt, quien menciona que las decisiones tienen dos factores
principales: a) El individuo que debe tomar la decisión y b) La información que
proporciona distintos cursos de acción. Si la decisión es terminal concluye el
proceso; pero si es investigatoria, el individuo recolecta nuevos datos que
analiza y evalúa hasta encontrar la convergencia con sus valores y
probabilidades de éxito.
La segunda propuesta corresponde a Hilton, quien menciona
que la variable relevante de una decisión es la disonancia cognoscitiva que se
expresa como el esfuerzo por reducir las inquietudes de carácter psicológico o
social producidas por la urgencia de decidir. Plantea además que existe
correlación entre la gama de opciones y la certeza de la elección tomada. James
señala por su parte que la disonancia es una conducta postelección, sugiriendo
el concepto de conflicto como el más adecuado. Según Hershenson y Roth, a
medida que la gama de opciones se limita, la certeza de la elección aumenta.
Sus representantes son: Edwards, Gelatt, James, Hilton, Girshick, Simon,
Festinger y Katz, Hills, Hershenson y Roth, otros.
• Teoría
Economicista
Esta teoría considera que la distribución de los individuos
en las distintas carreras u ocupaciones está determinada por factores
económicos. Bajo esta idea Smith, Senior y Mill sostuvieron que el individuo
elige la carrera u ocupación que considera le traerá mayores ventajas
económicas o un mayor ingreso salarial. Pero Clark antepone que realmente toda
elección está determinada por las leyes de la oferta y demanda del mercado cada
vez más dependiente de los acuerdos internacionales.
En tanto Thomas agrega que deben tenerse en cuenta además
de las leyes del mercado, los costos e incentivos de las carreras u
ocupaciones, así como los requisitos de los empleadores antes de elegir una
carrera u ocupación determinada.
Parnes por su parte observa que los individuos continúan
eligiendo estudios o empleos que signifiquen seguridad y permanencia en su
trabajo. Sus representantes son: Smith, Senior, Mill, Clark, Parnes, Myers y
Schultz, Rottenberg, Thomas, otros.
• Teoría
Sociocultural
Basada en la sociología industrial, esta teoría propone que
el factor más importante en la determinación de una elección de estudios u
ocupaciones en los individuos es la influencia de la cultura y la sociedad en
la que vive de conformidad con las metas y objetivos que aprenden a valorar. La
subcultura, la comunidad y el rol que juegan la escuela y todo lo que implica
la educación formal, aunado a la familia como grupo de contacto más cercano, es
lo que determina el grado de aceptación o rechazo hacia ciertas carreras u
ocupaciones. Investigadores como Miller y Form, Ginzberg, Friend y Haggard, Roe
y Siegelman están de acuerdo en que el factor más importante de la elección es
la influencia cultural y social.
Para Lipsett, la cultura y la sociedad afectan de manera
diferente y en grados variables de importancia ya que en algunos países el
Estado es quien determina el tipo de elección que harán los individuos. Para
Sewell, Heller y Straus, la conciencia de clase del individuo y la identificación
desarrollada hacia su grupo de referencia, son también determinantes del tipo
de sus preferencias profesionales u ocupacionales. McGuire y Blocksma afirman
que según el rol y status que tenga un individuo en su grupo, será el tipo de
elección que haga.
Por su parte Lipsett, Bendix y Malm encontraron que los
individuos que tienen familias con medios para sostener sus estudios, poseen
más fuentes de información sobre ocupaciones que los que carecen de ellos; este
factor influye también en la formación de actitudes, conocimientos, valores,
hábitos y preferencias vocacionales. Sus representantes son: Lipsett, Sewell,
Heller y Straus, Hollingshead, Bendix y Malm, McGuire y Blocksma, Super y
Bachrach, Friend y Haggard, Ginzberg, Centers, Roe y Siegelman, Crites, Caplow,
otros.
• Teoría
General o Interdisciplinaria
Debido a las múltiples variables que influyen en la
elección de estudios u ocupaciones y tomando en cuenta los diversos factores
individuales y medioambientales que influyen en las preferencias de los
sujetos, existen varias disciplinas como la psicología, la sociología y la
economía que aportan explicaciones sobre los fenómenos que afectan la elección
de los individuos, así como las presiones que ejerce el mercado sobre las
decisiones del sujeto. Blau y otros encontraron que el ingreso al mercado
ocupacional no está determinado sólo por las preferencias individuales sino
también por las prácticas sistemáticas de selección que establecen los sectores
ocupacionales según la división internacional del trabajo y su dinámica
interna. Sus representantes son: Blau, Gustad, Jessor, Parnes y Wilcock, otros.
(20).
CRÍTICA Y CONCLUSIONES
1a. Popper
realiza un planteamiento tratando de equiparar a las ciencias naturales y su
método con el de las ciencias sociales lo que resulta muy limitativo. Sin
embargo, la razón por la que lo hace es positiva: su afán de dotar de
objetividad y neutralidad valorativa al científico con relación a lo social.
Sin embargo, aún cuando aboga y defiende el planteamiento lógico, es necesario
decir que no todo es posible explicarlo por esta vía o por las pruebas de
verdad de los enunciados. De igual forma, no se estima adecuado realizar un
planteamiento unilateral del conocimiento por la vía del ensayo y error ya que
la realidad no siempre funciona así, sino que la desborda.
2a. Pareciera
que para Kuhn el conocimiento no fuera individual, sino social y que la validez
de la ciencia dependiera más de la aceptación de la comunidad que de la teoría,
el método y el objeto de estudio de la ciencia misma.
3a. El
planteamiento de Weber es todavía positivista y en cierto sentido entrañado en
el funcionalismo. Parte de conceptuar los tipos ideales como categorías que
permitan por su concepto establecer análisis de las acciones humanas y darles
una explicación empírico-estadística o interpretativa. El principal problema
reside en que la tipificación de las acciones y conductas humanas llevan a
agruparlos y quizá no a analizarlos en su sentido justo, lo que conlleva a
querer analizar todo desde la tipificación generalizadora.
4a. En
principio, un planteamiento socio-lingüístico que olvida los aspectos del
entorno, del contexto personal, grupal y social de los individuos se queda
corto. La propuesta comunicativa de llegar a acuerdos (negociaciones) es muy
relativa porque pocas veces la gente está de acuerdo. En este sentido la
sociedad en la que vivimos es más directiva que negociadora. Por otra parte, la
comprensión implica la percepción, la intuición y la criticidad de las ideas o
de lo percibido, una interpretación implicaría necesariamente el planteamiento
de los valores y de la persona del sujeto interlocutor, aspecto que olvida
Gadamer. Finalmente, resulta muy enfático plantear que la mediación se da por
el lenguaje porque hay muchas mediaciones que no necesariamente son
lingüísticas, aunque lo implican. Existen teorías de la mediación más
avanzadas.
5a. El principal
problema de la postura de Adorno es el origen de su teoría: marxista ortodoxa y
economicista. Donde el análisis lo centra en la ideología y en la división de
la lucha de clases. Si bien aporta el concepto de contradicción como problema
tiende a polarizarse hacia el lado negativo de la relación. Otro aspecto a
considerar es su concepto social como totalidad ya que ahora existen teorías
más nuevas como la sistémica que la toma en cuenta pero no como finalidad sino
considerando que la suma de las partes es más que el todo.
6a. Aún cuando
una de las aportaciones de Habermas es el enfoque sistémico, lo desarrolla poco
para la explicación epistemológica de la ciencia. El continua en la línea
ortodoxa marxista de la escuela de Frakfurt, sigue concibiendo la dialéctica
como lucha de contrarios que llega a ser más bien oposición. Entre sus aportes
significativos se encuentran: a) la explicación hermenéutica que da a la
ciencia y su uso para la toma de decisiones en la investigación b) la relación
con la historia en el sentido de ubicación contextual y de proceso para el
entendimiento de lo social.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
1. Thuillier, P. (1985). La manipulación de la ciencia.
Fundamentos. Madrid, p. 13.
2. Mardones, J. M. y N. Ursúa (1994). Filosofía de las ciencias humanas y
sociales. Materiales para una
fundamentación científica. Fontamara, México, p. 10.
3. Nava Ortiz, José (1994). La orientación educativa en México.
Documento base. AMPO, p. 97.
4. Thuillier, P. Op. cit. p. 19.
5. Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit. p.
15.
6. Ibidem, p. 17.
7. Ibidem, pp. 18 y 19.
8. Von Wright, G. H. (1980). Explicación y comprensión. Alianza
Editorial, Madrid, p. 20, citado por
Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit., p. 21.
9. Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit.,
p. 23.
10. Droysen, G. (1858). Grundriss der historik, en K. O. Apel. Die Erklären: Verstehen-
Kontroverse
in Transzendentalpragmatischer Sicht.
Suhrkamp, Ffm., citado por Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit., p. 23.
11. Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit.
pp. 22-23.
12. Popper, R. Karl (1973). La lógica de la ciencias sociales, en
Th. W. Adorno et al. La disputa del positivismo en la sociología alemana.
Grijalbo, Barcelona, pp. 101-119, citado por
Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit., p. 104.
13. Horkheimer, Max (1974). Teoría crítica. Amorrortu, Buenos Aires,
en Mardones, J. M. y
N.Ursúa.
Op. cit., p. 27.
14. Popper, Karl R. (1973). Lógica de la investigación científica.
Tecnos, Madrid, en Mardones, J.
M.
y N. Ursúa. Op.cit. p. 112.
15. Kuhn, Thomas S. (1975) La estructura de las revoluciones
científicas. F.C.E., Madrid, citado
por Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit., p. 126.
16. Weber, Max (1969). Economía y sociedad. F.C.E., México citado por Mardones, J. M. y
N. Ursúa. Op. cit. p. 154.
17. Gadamer, Hans-George (1977). Verdad y método. Sígueme, Salamanca,
citado por Mardones, J. M. y N. Ursúa.
Op. cit., p. 185.
18. Adorno, Theodore W. et al (1961). Sobre la lógica de las ciencias sociales.
Taurus, Madrid, citado por Mardones, J.
M. y N. Ursúa. Op. cit. p. 211.
19. Habermas, Jürgen (1961). Teoría analítica de la ciencia y la
dialéctica, en Adorno, Theodore W.
et al, citado por Mardones, J. M. y N. Ursúa. Op. cit., p. 223.
20. Nava Ortiz, José. Op. cit., pp. 64-72.
José
Nava Ortiz
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