Supra
disciplinariedad, un encuentro de construcción de conocimiento más allá de las disciplinas[1].
Amilkar Brunal y Sherly Osorio.
RESUMEN
Un cambio de paradigma en la formación
del Orientador, también se hace indispensable en tanto el paradigma problémico
propio de las ciencias positivistas aplicado mecánicamente al campo de la
Orientación, ha fracasado rotundamente en la praxis Orientadora produciendo
(dicho sea de paso) desprestigio y descredito para el campo, dado que no se
dispone del status ni la capacidad de gestión que permita al menos aproximarse
a posibilidades reales de resolución ni siquiera de problemas domésticos cotidianos (Ej.:
pediculosis) ni mucho menos problemas
dramáticos como lo son los
problemas sociales que se presentan periódicamente en el ámbito escolar
(Abuso, maltrato, violencia doméstica, conductas suicidas, embarazos
adolescentes ,etc.) que esencialmente tienen profundas raíces en la crisis de
la macroestructura social del decadente
“Estado de Bienestar”, derivado en
muchos casos, en asistencialismo populista politizado y transversalizado
por corrupción política-administrativa, mala administración, inequidad social,
impunidad jurídica, etc.).También es pertinente anotar que estas tipo de
situaciones si bien son trascendentales en la vida de las comunidades ,no
pueden superar en poblaciones normales un
porcentaje aproximado del 15% de los
casos que se atienden Orientación.
INTRODUCCIÒN
Equívocamente la Orientaciòn educativa tradicionalmente
se ha venido asumiendo en Latinoamérica prioritariamente desde el enfoque del
riesgo (Ulrich Beck) y desde el paradigma problémico positivista de las
ciencias humanas (que su vez lo copiaron de las ciencias exactas). Debido a
esto en el campo se enfatiza y prioriza en las denominadas “Alertas biopsicosociales”
intervenidas con ingenuas intencionalidades asistencialistas e inmediatistas que
en poblaciones estadísticamente normales(campana de Gaus) no representan en el peor
de los escenarios ,un porcentaje mayor del 15%,que obviamente ,aunque no
resulta de ninguna manera despreciable, no constituye el grueso del trabajo en
el campo de la Orientaciòn Educativa, que como su nombre lo indica, debe
centrase más en el desarrollo humano de las comunidades educativas, que en las problemática
casuísticas para las cuales no tiene recursos efectivos de intervención.
Por otra parte, dada la imposibilidad teòrico-pràctica de
construir un paradigma de corte interdisciplinario aplicable a la Orientaciòn
Educativa(campo conformado por la pedagogía, la pedagogía reeducativa, La psicopedagogía,
la psicologìa,el trabajo social , la sociología y las terapias del lenguajes y
ocupacionales), debido a la ultra especialización del conocimiento disciplinar
que se dispersa infinitamente; se plantea la posibilidad de acudir a una mirada
supra ordenadora en términos de la pedagogía
conceptual en general y a los ideogramas denominados “Mentefactos conceptuales” en particular (Zubirìa
M, citado por Bejarano,2009[2])que propone una jerarquización
conceptual metodológica que nos permite mirar las “Ciencias sociales o Humanas como esta supra-categoría ordenadora
que obviamente cobija a todas las disciplinas del campo teóricamente y a la categoría
“Desarrollo Humano”, como paradigma epistemológico base derivado de estas
primeras re-interpretado como categoría articuladora de pensamiento que al
partir de la realización de las necesidades humanas, implica a su vez la
necesidad de generar diversas reflexiones ético-existenciales y metodológicas aplicadas al rol de la Orientaciòn educativa.
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